«Gossip Girl», un reboot para las nuevas generaciones

En 2007 se estrenó «Gossip Girl», una serie basada en las novelas homónimas de Cecily von Ziegesar, que tuvo seis temporadas, y nos mostraba el universo de un grupo de chicos adinerados de la Upper East Side de Manhattan, Nueva York. Pero no solo nos adentramos en sus problemas, romances, adicciones y vínculos con su familia, sino que tenía un condimento más: Gossip Girl, una persona que exponía los secretos de cada uno de los protagonistas, haciéndolos actuar de una manera determinada.

Si bien tuvo un camino sinuoso a lo largo de los años, con algunas temporadas más efectivas que otras, quedó en el imaginario colectivo como una de las mejores series adolescentes de los últimos tiempos, gracias a que impactó en el público de buena manera, sobre todo teniendo en cuenta que es una producción de la vieja escuela, cuando todavía no existían las plataformas de streaming y debíamos esperar a un día y horario determinado para verla por televisión.

En épocas de reboots como las que estamos viviendo, HBO Max decidió traer a la vida nuevamente a «Gossip Girl». Aunque siempre a priori estas ideas no suelen ser buenas, en este caso podría tener un poco de sentido, ya que pasaron casi 10 años de su finalización y nos encontramos con una nueva generación de jóvenes, mucho más abiertos en cuanto a la identidad y sexualidad, como también con un avance tecnológico importante. Mientras que Gossip Girl escribía en un blog, hoy contamos con una gran cantidad de redes sociales que hace que todo se vuelva viral en cuestión de segundos.

De todas maneras, no estamos frente a una copia de la serie original, sino que esta nueva versión se centra en un grupo de chicos liderados por Julien, una joven influencer que decide que es momento de compartir tiempo con su media hermana, Zoya, a pesar de que sus padres no están de acuerdo. Es así como Zoya consigue una beca en el mismo colegio, dejándole pocas opciones a su papá para no aceptar la oferta. Paralelamente, los profesores están cansados de los malos tratos de los alumnos y el poder que tienen los padres de hacer con ellos lo que sea como si fueran piezas de ajedrez. De esta forma, revivirán a Gossip Girl para desentrañar sus más oscuros secretos y recuperar el control.

Como decíamos anteriormente, lo que tiene de interesante el reboot es la adaptación que le hicieron al mundo actual, con las redes sociales como el eje central de la historia, como también se abordan temas como la identidad, la sexualidad, la infidelidad, la soledad, la experimentación, las adicciones, las creencias, la lucha contra los padres, entre otros. La serie resulta ser más inclusiva, diversa y abierta que su antecesora.

Nuevamente Kristen Bell es la encargada de ponerle la voz a Gossip Girl, que con su elocuente pluma expone a cada uno de los protagonistas. Sin embargo, a diferencia de la serie original, el hecho de que sepamos que son los profesores los que escriben le quita bastante misterio a la trama. Es positivo que no se repitan las mismas fórmulas, sobre todo para aquellos que vimos la historia en su momento y queremos ver algo nuevo, pero ese era uno de los recursos más atractivos de la serie, que te mantenía atrapado hasta el final para develar después de tanto tiempo quién era la persona detrás de todo el escándalo.

Es interesante, también, como no niegan el pasado y en varias oportunidades se nombran a los personajes de la serie original, como un modelo a seguir o simplemente para poner un ejemplo. Esas conexiones sin dudas sorprenderán y generarán una buena sensación en quienes hayan visto la historia de 2007.

Por otro lado, por momentos es difícil empatizar con los personajes, porque si bien Blair, Serena o Chuck tenían sus personalidades muy marcadas y en todos crecía una pizca de maldad o irreverencia, su ida y vuelta era muy atractivo de ver. Acá no siempre nos importa lo que les pasa, porque se muestran bastante malcriados y superficiales, y el drama no termina de sentirse como tal. Es todo muy vago y artificial.

Los actores están bien en cada uno de sus roles, son todas caras muy nuevas, que seguro a partir de la serie tendrán más oportunidades en el mundo del espectáculo como sucedió con los jóvenes de la original. Se sienten creíbles y naturales.

Se tomó la decisión de dividir a la primera temporada en dos partes. En vez de emitir los 12 capítulos seguidos, se lanzaron los primeros seis, mientras que los demás llegarán el 4 de noviembre. Esto genera que una vez que la serie va tomando dinamismo se corte la historia y tengamos que esperar por su continuación (la primera parte salió el 8 de julio, con un episodio por semana). Si bien es una modalidad que se usa bastante últimamente, no es algo que promueva una maratón o una visualización muy fluida. 

En síntesis, si bien el reboot de «Gossip Girl», como la mayoría de las reversiones, resultaba innecesario, está bien adaptado al mundo actual, con el uso de las redes sociales y la representación de un grupo más diverso e inclusivo de jóvenes. Puede que así logre conquistar a las nuevas generaciones. Sin embargo, la historia no termina de ser del todo atrapante ni entretenida, por momentos le falta un poco de dinamismo al relato (tampoco se beneficia de sus capítulos de una hora de duración), y los personajes no terminan de generarnos ningún sentimiento en particular. Veremos si la segunda parte de esta primera temporada mejora, o tal vez en una segunda temporada (que ya está confirmada) pero sin dudas debemos quedarnos con la original, incluso con todos sus altibajos.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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