«Heartstopper», una serie juvenil representativa

Basada en la novela gráfica homónima escrita por la autora británica Alice Oseman, el año pasado se estrenó en Netflix «Heartstopper», una serie juvenil que cuenta el vínculo que empiezan a construir Charlie (Joe Locke), un joven homosexual que en el pasado sufrió bullying por parte de sus compañeros, y Nick (Kit Connor), un jugador de rugby popular que comienza a explorar su sexualidad. A medida que se van conociendo, nace entre ellos el amor pero también los miedos, las ansiedades y las preocupaciones por el qué dirán.

Su primera temporada trató de buena manera la exploración sexual juvenil, sus anhelos y problemáticas, no solo a partir de sus protagonistas, sino también de los personajes secundarios. Cada uno de ellos está muy bien desarrollado y muestra una situación diferente por la que está atravesando: el autodescubrimiento, el salir del clóset y exponerse al mundo, el vivir de manera libre su identidad, las transiciones, las primeras experiencias, la aceptación social, los prejuicios, entre otras cuestiones.

Lejos de romantizar esta etapa de la vida y las elecciones de los personajes, porque existen conflictos, no solo porque están retratando la adolescencia que es un momento difícil sino porque también se trata de una serie de televisión y el entretenimiento recae en la presentación de problemas y su resolución, nada se siente demasiado dramático o complejo. Todo se da de manera natural y nos deja una buena sensación luego de visualizados los capítulos.

Esto se observa también a nivel visual, con la utilización de colores cálidos y la incorporación de algunos recursos que apoyan a la narración y la historia que se cuenta, por ejemplo símbolos o detalles agregados que muestran los sentimientos más ocultos de los personajes, las chispas entre ellos cuando están cerca o tienen algún tipo de contacto físico.

En su segunda temporada, estrenada hace poco, siguen ahondando sobre las mismas cuestiones pero también dan un paso más en la historia. Ahora Charlie y Nick son novios y tienen que encontrar la manera de contárselo a sus familias y compañeros a su debido tiempo. Pero también tienen conflictos personales, como el vínculo con un padre ausente de Nick o el trastorno alimentario de Charlie. También se profundiza en otros personajes que tal vez durante la primera temporada no tuvieron tanto peso, como Isaac, su amigo que siempre se encontraba fuera de los intereses amorosos de sus amigos y se escondía detrás de la literatura ahora comienza a entender qué es lo que le pasa; o se introducen nuevos roles como algunos adultos para explorar también la sexualidad y la búsqueda de identidad en una edad más avanzada.

Todo el elenco hace un buen trabajo para componer sus papeles y en esta continuación se los nota cada vez más afianzados, tratando de interpretar distintas facetas y experiencias. Sus personajes evolucionan, crecen, transitan por situaciones desconocidas y ellos reaccionan de una buena manera.

Con una tercera temporada ya confirmada, «Heartstopper» sigue afianzando su camino para representar la identidad de muchos adolescentes en la actualidad, con historias reales, diversas y llenas de luminosidad, a pesar de tratar diferentes conflictos por los que tienen que transitar para sentirse completos y felices. Una segunda entrega que profundiza más en cada uno de los roles y que presenta diferentes escenario.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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