Crítica de «Gran Turismo: De jugador a corredor» de Neill Blomkamp (2023)

Con las películas de superhéroes en su etapa crepuscular, parece ser el momento de las adaptaciones de videojuegos. Hace pocos años los films basados en franquicias del gaming eran mala palabra. En general, eran ejercicios vacuos de emular el ingenio de grandes exponentes de las consolas y terminaban fracasando por contener pocos elementos atractivos para los espectadores del cine o los fans de dichos juegos. Hemos visto una enorme cantidad de películas tales como «Resident Evil» -2002 – 2021- (una de las pocas que tuvo éxito y dio paso a una extensa franquicia a pesar de sus terribles criticas), «Silent Hill» (2006) , «Tomb Raider» (2001), «Max Payne» (2008) y más acá en el tiempo «Warcarft» (2016), «Assassin’s Creed» (2016), «Rampage» (2018), para mencionar solo algunas.

No obstante, en los últimos años y frente al declive de la popularidad de las películas basadas en personajes de comics, los estudios han vuelto a mirar con buenos ojos a distintos productos del mundo gamer para tratar de solventar la falta de ideas del cine mainstream. Y los resultados, sin ser excelentes, mejoraron tanto en lo que es recaudación como en calidad. Las dos películas de «Sonic», «Detective Pikachu» (2019), el reboot de «Mortal Kombat» (2021) y «The Super Mario Bros. Movie» (2023) lograron sorprender en taquilla, y en menor medida a la crítica, por medio de historias más fieles a sus orígenes, capturando la atención de los gamers y de los curiosos que conocen (al menos de oído) a los personajes y sus respectivas franquicias.

En esta oportunidad, el relato más reciente que nos llega es «Gran Turismo», un simulador de carreras de automovilismo que tiene el plus de contar con una historia real bastante interesante que inspiró la adaptación de Neill Blomkamp («Distrito 9», «Elysium», «Chappie»). Como bien adelanta el título en Latinoamérica «Gran Turismo: De jugador a corredor», el largometraje se centra en la figura real de Jann Mardenborough, un gamer adolescente que por medio de un programa de competición desarrollado por Nissan y Gran Turismo terminó convirtiéndose en un corredor profesional de automovilismo.

Quizás resulte pertinente no contar nada más al respecto, porque si bien Blomkamp le encuentra cierta originalidad a nivel visual para mostrar las distintas carreras, el film se desarrolla como un drama deportivo que incurre prácticamente en todos los clichés del genero haciendo realmente predecible cada momento que se da durante los 134 minutos de duración de la obra. El guion escrito por Jason Hall («Fracontirador»), Will Dunn («Ms. Marvel»), Jon y Erich Hoeber («Megalodón», «Red»), y Zach Baylin («Creed III», «Rey Richard»), parece aglutinar todos los lugares comunes habidos y por haber sin dar demasiado lugar a las sorpresas y, de alguna manera, empañando la interesante historia real que hay detrás. No obstante, el resultado no es del todo negativo gracias a un buen desempeño interpretativo del joven Archie Madekwe («Agente Stone», «Midsommar») que protagoniza el film, así como también de David Harbour («Stranger Things»), su entrenador para convertirse de gamer a una promesa del automovilismo. También acompañan en correctos roles Orlando Bloom y Djimon Hounsou. El compromiso del elenco acompañado de una correcta dirección de Blomkamp (aunque por momentos peque de mostrar sus orígenes como director publicitario mostrando continuamente marcas y sponsors que seguramente jugaron un papel preponderante en el presupuesto de la película) hacen que «Gran Turismo» no sea un film imperdible, pero al menos algo disfrutable y entretenido para ver en la pantalla grande. El montaje y ciertas decisiones de la puesta en escena, así como también detalles visuales respecto al videojuego dotan al relato de cierta frescura en dichos aspectos (al menos en ciertos pasajes, en otros ciertas carreras carecen de épica).

En síntesis, «Gran Turismo» es un film apenas correcto sin demasiadas sorpresas, que se apoya mucho en los clichés del genero dejando de lado ciertos aspectos atractivos de la historia real en la que se basa. Un ejercicio más preocupado en posicionar un producto (ya sea a Nissan o a Playstation) que en contar una historia, algo que estamos viendo hace bastante en Hollywood y que vaticina un futuro oscuro, no obstante, sirvió para mostrar el regreso de Neill Blomkamp, un director con mucho potencial que, tras algunos proyectos fallidos o quedados en una especie de limbo creativo, parecía que no iba a tener buen destino. Finalmente lo vimos cruzar la línea de llegada con una producción en la que se vislumbra algunos detalles de su talento como narrador.

Puntaje:


 

 
Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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