Lejos de biopics musicales, pero su eje central es la música
En el mundo del cine podemos encontrar cientos de biopics y documentales de grandes artistas que traspasaron generaciones, la vida de cantantes que han sido leyendas en la historia de la música, pero también encontramos que el mundo musical siempre ha tenido un lugar para excéntricos y visionarios, artistas cuyas creaciones a veces los llevan a la frontera de la locura, pero ¿en este universo qué es realmente la locura?…
Obras de ficción donde los grandes sueños y la búsqueda de uno mismo dentro de la música también dejan huellas. No estamos hablando de películas musicales, ni tampoco de películas con un score o un soundtrack excepcional. Pero su eje central es la música como tema.
Cinco películas donde el cine le da espacio únicamente a las de ficción, gestando grandes historias que se vuelven joyas para el espectador.
5) «Rock Star» (2001) – Stephen Herek
Pittsburgh, mediados de los 80. Chris Cole (Mark Wahlberg) es un fanático obsesivo del grupo heavy Steel Dragon. Los admira tanto que con varios amigos ha formado un «grupo tributo» que toca las canciones de ellos. Tras algunas discusiones internas, Chris es expulsado del grupo que él mismo fundó. Pero un día llega la llamada mágica: el vocalista de Steel Dragon va a abandonar la banda y los integrantes buscan un reemplazo. Por azar vieron en video al grupo tributo y quedaron impresionados con Chris, por lo que lo invitan a hacer una audición. Junto a su novia y manager (Jennifer Aniston), Chris viaja a Los Ángeles, donde es seleccionado como el nuevo cantante. Entonces empieza su meteórico ascenso al éxito, pero pronto tendrá que decidir si importa más la vida de lujo de una estrella de rock o su relación con su pareja.
En este caso la película refleja bien la vida de los rockeros, muestra una historia de excesos y excentricidades, una comedia romántica con buenas interpretaciones, divertida donde se ve qué pasa con la humildad al llegar el éxito, el sacrificio, y de lo que realmente importa en la vida, un film para pasar un buen rato
4) «Escuela de rock» (2003) – Richard Linklater
Dewey Finn (Jack Black), un guitarrista con delirios de grandeza, es expulsado de su banda. La falta de recursos económicos lo obliga a buscar trabajo, cosa nada fácil, por lo que, finalmente, decide suplantar a un profesor sustituto en una escuela privada. A los alumnos de 5º grado intentará enseñarles el «rock & roll de alto voltaje». Además, entre los niños hay un guitarrista prodigio de nueve años que puede ayudarle a ganar la competición de bandas de música y, de paso, solucionar sus problemas económicos.
La película cumple su función, es entretenida y divertida, sobre todo la interpretación de Black, ¡y es lo que hace que merezca la pena verla!, aunque es simple con un argumento predecible es una gran una cinta para pasar un agradable rato con muchos momentos de un gran humor y mucha música.
3) «¿Puede una canción de amor salvar tu vida?» (2013) – John Carney
La pasión por la música lleva a Gretta (Keira Knightley) y a Dave (Adam Levine), novios desde el instituto, hasta Nueva York. Pero cuando él, una vez alcanzado el éxito y la fama, la abandona, ella se queda completamente desolada. Una noche, un productor de discos (Mark Ruffalo) recién despedido, la ve actuar en un bar de Manhattan y queda cautivado por su talento. Primera película en USA del director de «Once».
¿Por qué incluimos esta cinta? Por lo siguiente, un hombre, una mujer y canciones. Todo un encanto. El arte de Carney en esta película es genuino. Las canciones se despliegan de un modo amable y generan el efecto de armarse y mejorar ante nuestros ojos, convenciéndonos de que son la banda sonora vital de este productor discográfico que tiene que «empezar otra vez» y de esta chica herida de la que parecen brotar sin dificultad dulces canciones. Cinta donde muestra la superación de las dificultades en la vida, pero si hay música mejor, la lucha de una cantante amateur por lograr sus sueños. La música se convierte en el fino hilo que hilvana las vidas de los personajes principales, de gran impacto visual y musical muy fuerte.
2) «Once» (2007) – John Carney
Glen Hansard es un cantante y compositor que interpreta sus canciones por las calles de Dublín, cuando no está trabajando en la tienda de su padre. Durante el día, para ganar algún dinero extra, interpreta conocidos temas para los transeúntes, pero por las noches, toca sus propios temas en los que habla de cómo le dejó su novia. Su talento no pasa desapercibido a Marketa Irglova, una inmigrante checa que vende flores en la calle. Ella tampoco ha tenido suerte en el amor y, para sentirse un poco mejor, escribe canciones sobre el tema, pero, a diferencia de Glen, nunca las interpreta en público. Glen y Marketa, acaban de improviso haciendo un dueto en una tienda de música, y será entonces cuando descubran que algo les une.
Una joyita de Irlanda, «Once» es más que un musical. Es la vida escrita en partituras e interpretada bajo los sones de una guitarra y de un piano y las voces dulces de dos personas repletas de luz. Una cinta que nos llena de esperanzas, la búsqueda de los sueños, una historia sencilla, pero con gran corazón. Si hablamos de sensibilidad acá lo hay, a mares. Y la música, de una fuerza avasalladora, que acompaña algunas de las mejores escenas.
1) «Sing Street: Este es tu momento» (2016) – John Carney
En el Dublín de 1980, la recesión económica hace que Conor cambie la comodidad de la escuela privada en la que estudiaba por un centro público donde el clima es más tenso. Encontrará un rayo de esperanza en la misteriosa Raphina y, con el objetivo de conquistarla, la invitará a ser la estrella en los videoclips de la banda que quiere formar. Ella accede, y ahora Conor debe cumplir su palabra.
Una película notable que hace homenaje a la época de los años 80s y habla de la hermandad y el amor adolescente con una gran banda sonora, la relación sentimental a través de la música y lo que forma el hilo conductor del relato, es el nexo de unión entre los personajes. Un guion atractivo, interpretación fresca, natural, con toques de rebeldía y sarcasmo. Una película vivaz, amarga y esperanzadora, totalmente recomendable. Carney ciertamente sabe cómo unir una banda sonora que se eleva.
Relatos que en su mayor o menor medida se convierten en historias que inspiran realidades, y si nuestra vida es acompañada de música aún es mucho mejor…
Noelia Giacometto