CINE

Los géneros propios del cine japonés

Drama, comedia, thriller, romance, aventura, documental, son algunos de los géneros clásicos conocidos en el cine de todo el mundo. Pero si hablamos de las películas japonesas, podemos encontrar algunos géneros propios del cine nipón que, aunque puedan utilizarse en Hollywood, son tratados de una manera particular.

El anime es probablemente uno de los géneros más conocidos e icónicos del cine japonés, término que en Occidente también utilizamos para referirnos a las películas de animación nipona. A diferencia del cine animado estadounidense, en Japón nos encontramos con obras mucho más adultas, que abordan temáticas profundas y fuertes, con la presencia de escenas de violencia y con contenidos políticos, existencialistas, sexuales o científicos.

Con respecto a la animación propiamente dicha, el anime se caracteriza por estar dibujado a mano. Al principio los procesos digitales se utilizaban mínimamente como retoque en el montaje, pero actualmente también se los usa para colorear las imágenes o realizar distintos efectos visuales, como otorgar luces, sombras o brillos.

El Studio Ghibli es el más prestigioso y conocido de Japón, con Hayao Miyazaki a la cabeza, quien realizó obras como  “El Viaje de Chihiro”, “La Princesa Mononoke” o “Mi Vecino Totoro”, como también Isao Takahata, quien falleció recientemente y realizó, entre otros films, “La tumba de las luciérnagas”.

Por otro lado, las películas de monstruos gigantes conforman el género llamado Kaiju (bestia gigante o monstruo en japonés). Estos suelen representarse como un personaje al servicio del mal mayor. Godzilla es el kaiju más famoso del cine, quien inicia su existencia como una bestia que mutó y que ataca a los humanos para, luego a lo largo de la saga, convertirse en un héroe salvando a la humanidad de otros kaiju peores y más amenazantes. Otros personajes conocidos dentro de este género son Mothra, Anguirus, Rodan, Gamera y el King Ghidorah.

Los dramas de época son clasificados como Jidaigeki, los cuales se establecen con mayor frecuencia durante el período Edo de la historia japonesa, es decir, de 1603 a 1868. Los films pertenecientes a este género muestran sobre todo las vidas de los samuráis, los agricultores y los comerciantes de este tiempo, con convenciones propias de esta categorización: uso de maquillaje, diálogo y trama especializada.

A las películas de terror japonesas se las refiere como J-Horror (Japanese Horror), género que tiende a centrarse más al terror psicológico y a la tensión, con la intervención de fantasmas y poltergeists. Su origen se remonta a los relatos clásicos de las historias de espectros del período Edo, donde se contaban cuentos populares tradicionales. Muchas de las tramas de este tipo de cine provienen de distintas leyendas urbanas y de la mitología propia de Japón, que tiene una cultura muy fuerte en este aspecto. El boom internacional del cine de terror japonés se dio principalmente con “El Aro”, película que luego fue rehecha en Estados Unidos.

Por último, en Japón existe también un género dedicado exclusivamente a las películas de la mafia japonesa, titulado Yakuza, mismo nombre con el que se refieren a estar organizaciones. Este estilo de films comienza con la postguerra, la modernización del país, y en los últimos años de la recesión, donde se retrata a los yakuzas como delincuentes o, por el contrario, defensores heroicos de los valores tradicionales japoneses, quienes siguen un código de honor.

Uno de los directores más reconocidos en este género fue Kinji Fakusaku (más famoso por su film futurista de  culto “Battle Royale”), quien terminó influenciando a realizadores como Quentin Tarantino o John Woo, con su obra “Batallas sin honor ni humanidad”, que estuvo compuesta por cinco cintas. A diferencia de lo que venía caracterizando al género yakuza, donde se daba una imagen noble y honorable del crimen organizado, acá se ofreció una saga ultraviolenta, con tintes documentales.

 

Samantha Schuster

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