«Orange is the New Black», el final de un ciclo
Después del motín ocurrido en la quinta temporada, las reclusas de Litchfield fueron trasladadas a una cárcel de máxima seguridad donde las reglas del juego cambiaron para peor. Menos libertades y más personajes peligrosos con los que compartir sus días.
La séptima temporada de “Orange is the New Black” que se estrenó hace poco por la plataforma de Netflix retoma los hechos ocurridos en dicha entrega para otorgarnos el final de todos estos queribles personajes con los cuales compartimos tantos años juntos.
Mientras que Piper finalmente terminó de cumplir su condena y deberá readaptarse a la sociedad, el resto de las protagonistas siguen luchando con sus problemáticas dentro de una cárcel que está cambiando debido a la nueva designación de la alcaldesa: la agente Warren tomó el poder y busca mejorar la vida de las reclusas a través de diferentes programas.
Si bien “Orange is the New Black” tuvo sus altibajos a lo largo de estos siete años, con momentos hilarantes que solo servían para entretener y pasar el rato y otros tantos que realizaban una crítica social muy importante, esta temporada es un gran acierto para darle un cierre propicio a la serie.
La séptima entrega aborda temáticas fundamentales y actuales de una forma crítica, como la inmigración a partir de la creación de una cárcel de detención; la readaptación a la vida cotidiana de algunas de las reclusas y las dificultades por las que tienen que atravesar llevando su sentencia como una cruz; y el movimiento feminista “me too” mediante un caso de acoso. Cada tema nos hace reflexionar de una manera profunda, y nos damos cuenta de que “Orange is the New Black” consigue sus mejores momentos en su tono dramático y serio, sin dejar de lado su costado cómico que genera un alivio de la tensión, pero que en los sentimientos logra mayor impacto. Y en esta oportunidad nos brinda una temporada emotiva, fuerte y más significativa, también porque sabemos que estamos frente al final.
Asimismo, la serie le da un buen cierre a la mayoría de los personajes, aunque no todos ellos sean positivos, sino porque refleja a la vida misma. Algunas mujeres consiguen concretar sus objetivos, otras pueden redimirse de sus actos, mientras que muchas seguirán sus días como siempre. Lo interesante es que, si bien no todos los personajes secundarios tuvieron participación en esta temporada o en la anterior porque no todas fueron trasladadas a la máxima seguridad, sí pudimos ver un pantallazo de aquellas que no aparecieron durante esta entrega.
En síntesis, la séptima y última temporada de “Orange is the New Black” logró darle un final propicio a una serie que nos acompañó durante tantos años con sus buenos y malos momentos. Una entrega que se dotó de emoción no solo porque cerró las historias de todos estos personajes entrañables, sino porque volvió a tocar temáticas sociales muy importantes que nos hacen reflexionar.
Tráiler:
Samantha Schuster
