«Scream»: Una nueva forma de hacer cine slasher

El terror siempre ha sido un género donde su rentabilidad aumentó de algunos años para acá, donde dichas piezas audiovisuales fueron tomando gran relevancia. En esencia, el cine consiste en contar historias. Hay distintos tipos de esta categoría que logran hacer relatos creando sensaciones inolvidables.

Los subgéneros del terror nos han dejado películas de culto no solo para grandes cineastas sino también para los amantes cinéfilos. Podemos mencionar «Navidades negras» de Bob Clark, «Bahía de sangre» de Mario Bava; durante la década de los 70’, con influencias que van desde «Psicosis» de Alfred Hitchcock hasta películas provenientes del giallo italiano como «Rojo Profundo».

Para los años 80’ nos adentramos en la conocida década como la edad de oro de las películas slasher por lo cual automáticamente pensamos en «Halloween»«Elm Street» y «Viernes trece», con el símbolo más reconocible y fuerte del género, El asesino de Crystal Lake, Jason Voorhees, quien sin dudas es nuestro rey del cine slasher.

Al sumergirnos en este terreno como lo es el slasher, podemos encontrar elementos más que interesantes que forjaron no solo la evolución del cine de miedo, sino donde eventualmente continúan haciendo crecer el género de terror. Su característica principal es ser un cine sangriento, la presencia de un maníaco asesino o un psicópata, que por venganza u otros oscuros acontecidos en el pasado, asesina brutalmente a sus víctimas, habitualmente jóvenes, con cuchillos, machetes o sierras eléctricas. Personajes caricaturizados que actúan de forma sádica e impredecible y son sexualmente depravados y emocionalmente inestables.

A mediados de los ’90, un nuevo slasher llegó, las «Scream» del guionista Kevin Williamson y el director Wes Craven, creador de la exitosa saga «Pesadilla en Elm Street», las cuales fundaron algo así como la siguiente generación. A Craven lo acusaron de acabar con el slasher clásico, pero años después le dieron el mérito de revitalizarlo, y ¡aquí viene la cuestión!

Érase una vez, una película en la que nadie confiaba. En 1996 llegó una de las películas más querida del género de terror, la que hizo renacer el slasher en los 90’ (hoy es una saga). Una categoría que fue perdiendo popularidad pero que así también la volvió alcanzar mediante la cinta «Scream», originalmente llamado «Scary movie», con una serie de golpes de originalidad que le dieron el tan necesitado soplo de aire fresco al género, cambiando sus propias fórmulas y a la vez haciendo un homenaje (o una auténtica caricatura, según cómo se mire) a la primera gran oleada de cine slasher y otras películas de terror clásicas.

Este tipo de películas que formaban parte del pasado recobraron su auge, encontramos numerosas referencias, explícitas como implícitas, a diversas películas slasher y de terror clásicas. Estos vientos nuevos con matices de los 80’, dicha ambientación combinada, facilitó su adaptación a los tiempos actuales, así como los pensamientos y aquellos miedos generalizados de la humanidad. El resultado de esto ha sido el comienzo de una franquicia madre del renacimiento de un género casi perdido.

Este hit de la historia del cine «Scream», una meta película «cine dentro del cine», que homenajea y parodia por igual a los clásicos del cine de terror, ayudó a crear cimientos de una nueva ola del slasher dejando un largo legado como condensar el poder del miedo en una secuencia.

Craven logró brindarle una reescritura apropiada y tenebrosa al slasher, reconstruyó todos los códigos y logró elaborar una percepción sobre un nuevo escenario para contar el miedo. Y aunque «Scream» es más un recorrido por cada punto esencial de lo que es el cine de terror es también una lección de ingenio.

«Scream», que comenzó siendo un experimento de guion terminó convirtiéndose un fenómeno taquillero de trascendencia fundamental para años posteriores, abriendo la puerta a cientos de franquicias similares, pero ninguna tan exitosa como peculiar en sus giros y construcción de un lenguaje pulcro como la original. El director se propuso a producir lo que llamó «el slasher perfecto» y lo logró. El resultado fue una obra experimental, inteligente y brutal que aún tiene una influencia definitiva en el género del terror.

Wes Craven logró lo impensable: que un género dado por muerto tuviera una asombrosa resurrección.

 

Noelia Giacometto

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