CINE

Serena y Venus Williams, no solo las reinas de los Grand Slams

Han trazado una huella importante en el tenis femenino, se transformaron en dos estrellas que revolucionaron el deporte. Las hermanas Williams se convirtieron en leyendas que llegan a la pantalla grande.

Tan sorprendente es la historia que el cine se ha fijado en ella como argumento para una película que marcará un antes y después. «Rey Richard: una familia ganadora», está basada en la historia real de Richard Williams, el hombre que hizo posible que sus hijas sean las atletas más extraordinarias de todos los tiempos.

Cuenta la leyenda que tras ver en televisión por casualidad una final de tenis femenino que le dejó a la ganadora un premio de 40 mil dólares, Richard Williams soñó en 1978 que su esposa Oracene y él tendrían dos hijas, que se convertirían en dos grandes campeonas de tenis. Y aunque él no sabía absolutamente nada de ese deporte ni las niñas estaban en los planes de la pareja, decidió ponerse a trabajar para hacer realidad ese sueño.

Mediante una educación poco convencional, aprendieron sobre la fortaleza de una manera tenaz para adquirir la resistencia metódica que permanece hoy en día, sabiendo dónde ver y trabajar tanto aquellas ventajas como desventajas que se encuentran en la vida. El dominio logrado por Serena y Venus mediante una personalidad competitiva las llevó a ser invencibles.

Las criaron así, sabiendo que la competición queda en la cancha y que no debían llevarla fuera porque la familia es lo primero.

Criadas en Compton, uno de los barrios más peligrosos del condado de Los Ángeles, en el estado de California, su padre Richard solía llevar a sus cinco hijas a las canchas de tenis con la esperanza que algún día, al menos una de ellas pudiera alcanzar gloria deportiva y poder así mudarse a un lugar mejor. Hoy convertidas en las grandes leyendas del tenis femenino, Venus, la mayor, y Serena, la menor, rompen récords inalcanzables por otras competidoras.

Desde temprana edad se convirtieron en las mejores jugadoras jóvenes de California, incluso compartieron la cabeza de series como las mejores jugadoras jóvenes de California por largos períodos.

Venus nació en California en 1980, su carrera profesional comenzó en la década de 1990. En su trayectoria posee un gran número de victorias, ha obtenido 49 torneos individuales de la WTA y 14 en dobles, lleva ganados nada menos que siete Grand Slams individuales: cinco Wimbledon y dos Abiertos de Estados Unidos. Además, tiene cuatro medallas doradas en los Juegos Olímpicos: Sidney 2000 (individuales y dobles), Pekín 2008 y Londres 2012. Asimismo, ganó una plateada en Río 2016 (dobles mixto). En 2002, Venus se convirtió en la primera tenista afroamericana en clasificar primera en el ranking de la WTA; mantuvo esa posición durante 11 semanas en tres ocasiones.

Serena, nacida en 1981, con tan solo cuatro años y medio de edad ganó su primer torneo y antes de cumplir los 10, ya había participado en 49 torneos y ganado 46 de ellos. En un momento, reemplazó a su hermana Venus como la jugadora número 1 menor de 12 años en California.

Llegaron al tenis mundial y se convirtieron en referentes para millones de niñas afroamericanas. Sufrieron la crudeza del racismo, sobre todo Serena, la presencia de las hermanas en este deporte siempre ha sido incómoda, haciendo frente a una clase social extremadamente rica y racista. Solían ir a las canchas con sus pelos trenzados, con sus moñas de colores, con sus chaquiras, posicionaban la belleza y la estética de las mujeres afrodescendientes. Entrenadas por su propio padre y siempre acompañadas de su mamá redefinían el concepto de familia, evidenciando que ellos estaban por fuera del común denominador que mostraba la televisión gringa, en donde predominan el estereotipo familias afroamericanas que siempre eran un desastre.

Remontándonos en la historia, Althea Gibson fue la primera tenista afroamericana que ganó un Grand Slam fue la mujer que cambió el tenis mundial para siempre. Fue la primera tenista afroamericana en jugar en el campeonato Nacional de EE. UU. y en Wimbledon en 1951, quien rompió las barreras. Durante toda su carrera fue discriminada por ser afroamericana. Borrada de la historia, fue ella quien abrió las puertas del tenis a Arthur Ashe y a Yannick Noah, dos afroamericanos referentes del tenis.

Las hermanas son las rivales más poderosas del circuito WTA, son la representación de un grupo étnico históricamente excluido y marginado. Sus personalidades poderosas las han posicionado como íconos mundiales, si bien adquirió más relevancia Serena Williams mediante su imponente personalidad continuando los pasos de Gibson al alzar la voz por el derecho de las mujeres. Ella fue la que se atrevió a buscar equidad en este deporte haciendo mucho énfasis sobre la desigualdad existente, expresando «Siento que todos lo merecemos. Merezco que me paguen la misma cantidad. No merezco menos porque tengo pechos y ellos no; toda mi vida he dedicado a ser un atleta de primer nivel, y no me deberían pagar menos por mi sexo. Muchos jugadores o muchos entrenadores me dicen que soy afortunada, que casi ni me entreno, que sólo aparezco y gano partidos. Si pudiera hacer eso, lo haría. Vaya si lo haría; desafortunadamente, no es el caso. Cuanto más envejeces, más en forma tienes que estar para seguir compitiendo».

Elegir un deporte, es elegir una forma de ser. Cada disciplina posee una singular forma de resonar en la personalidad de cada uno, donde la educación familiar como la escolar es vital. En que el transito de este aprendizaje, dará fruto al éxito, que forjará el destaque de la persona tanto en lo personal como lo profesional dándole un elemento fundamental para desarrollarse en la vida.

Serena y Venus. Familia, amigas y rivales. A lo largo de los años lo que han tocado lo convirtieron en oro. Richard Williams consiguió que sus hijas triunfaran, les enseñó la resistencia ante la adversidad y en su creencia de que querer es poder. Juntas dieron los primeros pasos, se transformaron en las leyendas que revolucionaron el tenis no solo por la competitividad y duelos en la cancha, sino por un vínculo familiar muy fuerte. Se han vuelto un modelo a seguir para las nuevas generaciones.

Las Williams dejan una histórica huella tanto dentro como fuera del deporte.

 

Noelia Giacometto

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