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Margaret Atwood: “Si uno escribe sobre una mujer que abra la boca y diga algo uno piensa que es feminista”

Conocida popularmente por ser la escritora detrás de las poderosas y exitosas historias de las  series “The Handmaid’s Tale” y “Alias Grace” (recientemente añadida a Netflix), la autora canadiense Margaret Atwood se hizo presente en la Biblioteca Nacional para repasar su carrera y hacer foco en las producciones que acapararon el 2017.

Su primera novela la escribió cuando tenía 7 años y se centraba en una hormiga. “No era una buena elección para el argumento porque al principio de su vida la hormiga no hace nada”, bromeó la escritora. Luego se dedicó a otras actividades artísticas, como la pintura, porque era más barato, pero a los 16 años volvió a su verdadero amor, para no dejarlo nunca más.

Sus historias se caracterizan, en su mayoría, por tener mujeres muy fuertes como protagonistas, quienes luchan por sus derechos y por sobrevivir en un mundo hostil, siendo percibidos como parte de algún tipo de feminismo. “Eso es porque si uno escribe sobre cualquier mujer que abra la boca y diga algo uno piensa que es feminista”, manifestó poderosamente Atwood.

Las mujeres son más del 50% de la raza humana y toman decisiones sobre todo con respecto a qué comer y qué comprar. Entonces si las mujeres no están alineadas con salvar al planeta y a la raza humana, esto no va a suceder, porque son una cantidad muy importante. Tienen un interés particular sobre lo que está pasando con el planeta, especialmente las más jóvenes, porque ellas son el futuro y de ellas depende su futuro, el futuro de sus hijos, de sus nietos. Son ellas las que probablemente si se les da el poder para hacerlo puedan asumir un papel importante en todo esto”, agregó.

Particularmente con respecto a “The Handmaid’s Tale”, novela escrita en 1985, explicó que “una de las cuestiones que se propone responder es si Estados Unidos tuviera un gobierno totalitario qué clase de totalitarismo sería. Seguramente no sería comunista, qué harían probablemente, algo basado en las personas que están en el poder, en el partido republicano por ejemplo hoy en día. Yo les digo a ellos: ‘¿quieren algo literal?’ Bueno yo les muestro algo literal, así es como sería”.

También mostró conformidad con la serie, debido a la fidelidad que mantiene en relación al libro, introduciendo también otros pasajes de la Biblia. “Todos los que hacen el programa no lo consideran uno más, están realmente comprometidos”.

Otro de los cambios fue la actualización de la historia en cuanto a la tecnología. “El pasado de June en el programa es nuestro presente y el pasado de Ofred en el libro era el presente en ese momento en 1985, pero había muchas cosas que no existían que hoy sí. No solo el hecho de que la criada no pudiera leer, sino de que no tuviera acceso a la tecnología, por ejemplo a los celulares, quién tiene derecho a acceder a eso y qué hace con esos elementos. Hay un grupo de mujeres en el programa que sí pueden leer y que tiene acceso a la tecnología. Y siempre me preguntan por qué hice un grupo de mujeres así. Digamos la fuerza ocupante siempre genera un grupo de control y todo esto que pasa en la historia una y otra vez, así que así se hizo”.

Le agradeció a la diseñadora del show que le dedicó mucho tiempo, fijó 50 tonalidades de rojo para ver cuál era la perfecta, el azul también tenía que ser perfecto. Le dio mucha dedicación. “Si uno ve el programa, por ejemplo, en la casa del comandante hay cuadros. Todos esos cuadros están en el Museo de Bellas Artes de Boston, el régimen los ha robado y están en la casa del comandante. Si me preguntan si son los reales, no, hicimos que en China los copiaran por muy poca plata pero la firma de ese artista está en esos cuadros. Es la única escritura visible que pueden ver las mujeres en esa casa (porque recuerden que no todas las mujeres pueden leer). Realmente han pensado en todos los detalles, hasta el último detalle”, aseguró.

Pero Atwood no solo participó como consultora para la conformación del guion, sino que también hizo un cameo: “Soy una de las Tías que le da un cachetazo a Elisabeth Moss. Tuvimos que filmar cuatro veces esa escena, porque me decían ‘pegale más fuerte’ y yo no podía. Y agregaron un efecto de sonido porque la cachetada no sonaba lo suficientemente fuerte”, río.

 

Samantha Schuster

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