34° MDQ Film Fest: “Por el dinero” de Alejo Moguillansky (2019)

Basada en una experiencia autobiográfica, Alejo Moguillansky presenta en el 34° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata su sexta película, “Por el dinero”, bajo el marco de la Competencia Latinoamericana. Esta cinta, que no deja de ser una comedia en la que el componente trágico sólo sirve para volver aún más disparatadas las situaciones, reflexiona acerca de la relación entre el arte, los artistas y la plata.

“Por el dinero” comienza con el hallazgo de dos cuerpos en una playa de Colombia, y sigue con el interrogatorio a uno de los compañeros de trabajo de los fallecidos. Así, mediante el relato del francés Perpoint (Matthieu Perpoint), seguimos los hechos previos al desenlace.

La película recae sobre su ingenioso y ágil guión. La historia no sólo encuentra su origen en una obra de teatro en la que el propio Moguillansky participó —y también mucho de lo que sucede a lo largo de la cinta tiene tintes autobiográficos, como el Festival de Colombia y el docu-reality—, sino que también esta influencia se siente en su estructura, que se asemeja bastante a la teatral. La narración de Perpoint funciona como voz en off mientras vemos lo que relata como si fueran flashbacks, lo que hace que el montaje sea otro punto a destacar de la cinta.

Como lo indica el título del film, el eje central de esta cinta es, justamente, el dinero. Todavía se sigue concibiendo al arte como entretenimiento, y como actividad que se debe hacer, ante todo, por placer. Pero lo cierto es que no se vive del aire, y que los artistas son, como se menciona en la película, “obreros de lujo”. Entonces, en “Por el dinero” se interroga acerca de la relación del artista con la plata y con la falta de la misma, hasta qué punto se es capaz de llegar por unos pesos y el fundamental rol que ocupa el dinero en la vida, sin perder en ningún momento el tono cómico y, también, algo ácido.

En síntesis, “Por el dinero” es una comedia sólida, que se disfruta y cumple con el doble cometido de hacer reír y también exponer una cuestión a la que se enfrentan muchos artistas del under, que tienen otros trabajos porque saben que el arte no da plata. Además, tiene una dirección destacable y por momentos, como la secuencia en la que los personajes están en la playa y cantan, también presenta una propuesta visual muy bella. Con un final ambiguo que evoca a la libre interpretación, el sexto filme de Moguillansky cumple.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Micaela Gallo

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