Ang Lee, el arte de lo impredecible
El 2019 viene trayéndonos joyitas cinematográficas de los grandes directores. Hace unos meses se estrenó lo nuevo de Quentin Tarantino con «Once upon a time in Hollywood»; recientemente nos deleitó Pedro Almodóvar con «Dolor y gloria»; y próximamente sale «The irishman», lo nuevo de Martin Scorsese. Todos directores famosos por su originalidad, su estilo y su elocuencia. Pero no todos los apodados “grandes directores” destacan por su afamada personalidad o por un estilo bien marcado. Hay unos pocos que dejan que sus películas hablen por sí solas, sin necesidad de un nombre reconocido detrás que la avale. Uno de ellos es Ang Lee, un taiwanés que bucea entre los géneros cinematográficos, sin una temática fetiche o un estilo predilecto, desde comienzos de los años 90.
Lee se graduó del National Taiwan College of Arts en 1975, e inmediatamente viajó a Estados Unidos para completar sus estudios en la Universidad de Nueva York donde obtuvo un posgrado en producción cinematográfica. En 1991 comenzó su carrera fílmica con una cinta taiwanesa: «Manos que empujan». Un drama que retrata la historia de un anciano que viaja a Norteamérica y se le dificultada adaptarse a la cultura occidental moderna. Dos años más tarde llegaría el largometraje que lo llevaría a la fama: «El banquete de bodas» (1993) que narra las complicaciones de un inmigrante homosexual chino que decide casarse con una mujer para contentar a sus padres, y poder conseguir la visa para su pretendiente. Al año siguiente estrenaría «Comer, beber, amar» (1994) con la que cerraría la trilogía titulada «Father Knows Best», la cual tiene su eje central en el choque entre lo tradicional y lo moderno. Termina su etapa inicial de producciones taiwanesas, ya consagrado como uno de los máximos exponentes del cine oriental.
Su elogiada trilogía hizo eco a nivel internacional y fue inevitable su arribo a Hollywood. Tal es así que en 1995 estrena la película «Sense and sensibility», basada en el libro homónimo de Jane Austen (1811). Dicho drama obtuvo excelentes comentarios de los críticos y múltiples nominaciones entre las que destacan siete categorías en los Oscar, de las que pudo asegurarse el premio a Mejor guión adaptado. Luego del gran debut continúa en la industria estadounidense con «The ice storm» (1997), un nuevo drama basado en la novela homónima de Rick Moody (1994). La cinta narra la historia de dos familias disfuncionales que tratan de lidiar con los cambios sociales de principios de la década de 1970. En ella se retrata el escapismo a través del alcohol, el adulterio y la experimentación sexual. Obtuvo críticas positivas y varios premios internacionales, aunque la taquilla no respondió de igual manera. En 1999 desembarca en el género del western con «Ride with the Devil», basado en el libro «Woe to Live On» de Daniel Woodrell. En este caso no obtuvo nominaciones importantes, y se consideró un gran fracaso de taquilla.
Con la llegada de un nuevo milenio, Ang volvió a virar de género cinematográfico y estrenó «El tigre y el dragón» (2000), una obra wuxia (acción, aventura y artes marciales) basada en la cuarta novela de la llamada «Pentalogía de Hierro» de Wang Dulu. Por dicho metraje cosechó cuatros premios Oscar, cuatro BAFTA y se aseguró una buena posición en la taquilla. Tres años más tarde llegaría un nuevo desafío, en esta ocasión incursiona en el mundo de los superhéroes con su versión de «Hulk» (2003) para Marvel Comics. Aquí exploraría los orígenes del personaje y su primer enfrentamiento con el gobierno de Estados Unidos. Si bien tuvo gran éxito en taquilla y fue elogiada por sus efectos visuales, también fue ampliamente criticada por su ritmo, actuaciones y falta de acción, lo que llevó a que el film no forme parte del universo cinematográfico de Marvel (UCM).
A pesar del fracaso con el gigante de los comics, en 2005 llegaría su consagración definitiva de la mano de «Brokeback Mountain», un drama romántico que retrata la complejidad de una historia de amor homosexual entre dos vaqueros en el oeste americano de 1960. El polémico largometraje generó infinidad de elogios de los críticos, una opulenta recaudación en las salas y una gran variedad de premios entre los que destacan tres premios Oscar incluida su primera estatuilla al mejor director. Continuaría el camino de la controversia con «Lust, caution» (2007), conocida por sus escenas de sexo explícito. Su nuevo drama de espionaje erótico (+18) ambientado en el Hong Kong de 1940 le traería varios dolores de cabeza debido a la gran difamación y censura que recibió, sobre todo en países orientales. Pero esto no le impidió ser ganador de múltiples premios, siendo el más importante el León de oro del Festival internacional de cine de Venecia.
De regreso al cine apto todo público (ATP) en el año 2009 estrenaría «Taking, Woodstock», una nueva pieza que pasaría sin pena ni gloria por los cines. La comedia ambientada en el mítico festival de Woodstock no lograría comentarios positivos ni aspiraría a grandes premios. A pesar de las recientes frustraciones, tres años después, Lee estaría nuevamente en boca de todos por la excepcional «Life of Pi» (2012). Un drama de aventuras basado en la novela homónima de Yann Martel, que desde su estreno se convertiría en un éxito crítico y comercial rotundo, destacando por su belleza visual e innovaciones tecnológicas. Por el aclamado metraje obtuvo su segunda estatuilla de los premios de la Academia a mejor director, además de mejor guión adaptado y mejor banda sonora. La incursión en el mundo tecnológico audiovisual, atraería a nuestro director a realizar una fuerte apuesta en su próxima cinta: «Billy Lynn’s Long Halftime Walk» fue rodada en 3D, a 120 fotogramas por segundo (fps), lo que quintuplica el estándar de 24 fps y en resolución 4K. La intención fue hacer la película más realista jamás rodada hasta la fecha, pero tuvo demasiados impedimentos a la hora de exhibirse ya que solo 5 cines, a nivel mundial, contaban con la capacidad como para reproducirla en las condiciones en que fue concebida. Todas las complicaciones culminaron en una nueva decepción al lograr una recaudación apenas suficiente como para cubrir el presupuesto inicial.
El próximo 14 de noviembre nos presentará su última creación: «Gemini Man». Una película de acción protagonizada por Will Smith en la que vuelve a apostar a lo innovador con el sofisticado sistema de rejuvenecimiento del protagonista. Si bien se presentó como prometedora, las primeras críticas tienen una tendencia negativa, rescatando sus logros técnicos. Para concluir podemos afirmar que nos encontramos frente a un elogiado cineasta de perfil bajo que deja que las películas forjen su propio camino. Ang Lee es un prolífico director que no le teme a nada y nos regala una variada filmografía llena de altibajos.
Javier Franco