Balance 2018: Las mejores películas de festivales
Los festivales de 2018 nos dejaron grandes historias y exponentes de diversos países. Es por ello que decidimos hacer una pequeña y subjetiva lista de los mejores films que fueron recorriendo los distintos circuitos festivaleros internacionales.
Isra y Cheíto son dos hermanos que han tomado caminos muy diferentes en la vida. Cuando Isra sale de la cárcel y Cheíto termina una larga misión enrolado en la Marina, ambos regresan a la Isla de San Fernando. El reencuentro de los hermanos renovará el recuerdo de la muerte violenta de su padre cuando eran niños; la necesidad de retomar sus vidas y reconciliarse con ellos mismos los unirá de nuevo. Doce años después de “La Leyenda del Tiempo”, Isaki Lacuesta vuelve a San Fernando. Un drama español que continúa el trabajo previo del director en una cinta de 2006, siguiendo la vida de uno de los protagonistas de aquel documental pero esta vez en una historia ficcional. Es interesante la mixtura que se consigue entre el documental y la ficción además de unas tremendas actuaciones del elenco y un guion bastante logrado que terminan de redondear un trabajo superlativo.
9) «In Fabric»
Peter Strickland (“The Duke of Burgandy”) estrena su más reciente trabajo a través del cual nos presenta una historia atractiva que bordea lo absurdo, grotesco y extravagante. Un cóctel cinematográfico atractivo para descubrir. Una mujer que ante una inminente cita con un hombre decide aprovechar las rebajas y conseguir un atuendo adecuado para la salida. Así es como se encuentra con un atractivo y deslumbrante vestido que parece tener consciencia e intentará descontrolar las vidas de las personas que lo vistan. Una propuesta delirante que Strickland pudo llevar a cabo gracias a las inspiradas interpretaciones de Marianne Jean-Baptiste, Fatma Mohamed, Gwendoline Christie y Hayley Squires. Una fábula de horror, humor negro y momentos bastante surrealistas que desafiarán al espectador en todo sentido.
8) «If Beale Street Could Talk»
Lo nuevo de Barry Jenkins es un trabajo que se encuentra un escalón por debajo de “Moonlight”, pero que incluye varios de los elementos que hicieron grande a ese largometraje. Denuncia social, una poética visual y estética destacada y actuaciones sumamente conmovedoras. Un relato épico sobre cómo el amor puede ser a veces el único refugio ante la discriminación, la injusticia y el racismo. Siempre resulta interesante descubrir lo que tiene Jenkins para contarnos siendo uno de los realizadores más destacados de la actualidad.
Una historia que se divide en tres partes en un período de tiempo prolongado (desde 2001 a 2018) donde se nos narran las desventuras de una mujer que se enamora del líder de una agrupación de gángsters que desarrolla sus actividades en el seno de la sociedad china. Un excelente ejercicio cinematográfico de Jia Zhang Ke que además de ser autoreferencial y de estar impecablemente realizado desde lo técnico y lo narrativo, con un diseño de producción destacado, sirve para mostrar la realidad sociopolítica, cultural y económica que viene transformando a China desde las últimas dos décadas. Una propuesta que no defraudará a ningún cinéfilo.
Este film sigue la historia real de Lee Israel (Melissa McCarthy), una respetada biógrafa en decadencia que comienza a falsificar cartas de escritores y celebridades fallecidas con el fin de pagar el alquiler. La película comprende una enorme plataforma para McCarthy para sacar a relucir todo su talento. Siempre se la vinculó a la comedia pero aquí también se ve su aptitud para el drama, sabiendo yuxtaponer armónicamente los momentos conmovedores con los hilarantes.
5) «Climax»
El director de origen argentino, Gaspar Noe, vuelve a otorgarnos una obra polémica con un marcado sentido estético y técnico para narrar una historia sencilla que va desvirtuándose poco a poco. Veinte jóvenes bailarines de danza urbana se habían reunido para unas jornadas de tres días de ensayos en un internado en desuso situado en el corazón de un bosque. En el medio de una celebración alguien altera la sangría que bebían, haciendo que queden profundamente drogados. Pronto, la atmósfera se vuelve eléctrica y una extraña locura los atrapará toda la noche. Un ritmo interesante, una banda sonora psicodélica, un diseño de arte y vestuario destacado y una puesta de cámara sublime que va desembocando en planos secuencia realmente atractivos y motivados que le dan cierta distinción al relato. Un clásico ejercicio del director de “Love” e “Irreversible”.
La nueva película del director nipón Hirokazu Koreeda está repleta de sensaciones diversas, que se reflejan en la sensibilidad de su cosmovisión como director, en las sentidas interpretaciones de sus actores y en lo bellamente angustiante de su historia. Un film realmente disfrutable que hace gala de una falsa simpleza para expresar todo lo que se propone su autor con su sello característico. Una de las grandes ganadoras del año obteniendo la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
3) «Roma»
«Roma» es uno de los capítulos más personales en la obra de Alfonso Cuarón. Un film necesario para entender a la persona detrás del autor. Un relato con un desempeño a nivel técnico, narrativo e interpretativo realmente destacado. El director, además de escribir y dirigir, se encarga de realizar la exquisita fotografía que muestra su profundo entendimiento del espacio escénico, el manejo de la cámara y un maravilloso trabajo compositivo. Uno de esos films de visión obligatoria.
Spike Lee vuelve a su mejor forma con esta peculiar película que cuenta la historia basada en hechos reales que lleva a un policía afroamericano a infiltrarse en el Ku Klux Klan con la ayuda de su compañero de origen judío. Un film que mezcla el thriller policial con la comedia negra. “El Infiltrado del KKKlan” es un film que aglutina un montón de cuestiones. Un relato sumamente entretenido que busca reivindicar el movimiento por los derechos civiles, al igual que brindar una mirada irónica a la actualidad política de Estados Unidos y homenaje a los films de blaxploitation y sus códigos. Por el lado interpretativo tenemos un tremendo trabajo actoral de John David Washington y Adam Driver.
«La Favorita” se sitúa a principios del siglo XVIII, en Inglaterra, país que está en guerra con Francia. Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna el país en su lugar. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone) aparece, su encanto seduce a Sarah. Sarah ayuda a Abigail y ésta ve una oportunidad para regresar a sus raíces aristocráticas. Abigail buscará desarrollar una amistad con la reina para saciar sus ambiciones. Lanthimos juega constantemente con la ironía, la desfachatez, lo absurdo y por momentos lo surrealista para componer un relato exquisito tanto a nivel técnico como narrativo y estético. El diseño de producción y la reconstrucción de época del siglo XVIII son impecables, al igual que la edición y la puesta de cámara. Una obra que hace utilización de los lentes gran angulares y los ojos de pez para mostrar esa mirada distorsionada de la monarquía inglesa y sus caprichos. Manteniéndose fiel a su estilo, el director emplea la simetría y los travellings que pasan de una acción a la otra para darle mayor dinamismo y profundidad a lo que se quiere contar.
Martín Goniondzki
