Balance 2018: Las mejores películas nacionales

Al momento de hacer balances de las mejores películas vistas durante este 2018 no podíamos dejar afuera un recorrido por los films nacionales, aquellos realizados por los talentos de nuestro país. Las mejores películas nacionales de 2018:

10) «Perdida» de Alejandro Montiel

Producción conjunta con España, que provocó que se llene la película de gente de distintas nacionalidades que no le terminan de sumar a la trama. Es una historia irregular, con sólidas actuaciones (principalmente de los roles secundarios), una bonita fotografía y una efectiva banda sonora. Lopilato no termina de lucirse. La trama y el mensaje salvan y elevan una película modesta pero necesaria.

9) «Re Loca» de Martino Zaidelis

Natalia Oreiro ya demostró poder personificar en dramas, thrillers, musicales y ahora lo hace en una clásica comedia. Se la ve inspiradísima y dedicada en un periplo lleno de reflexión, catarsis y descargo agresivo. Sus muecas, gestos, miradas todos apuntados a complejizar un rol que en los papeles puede resultar chato. De lo mejor del género en materia nacional.

8) «El Potro, lo mejor del amor» de Lorena Muñoz

Muñoz realizó la biopic de Gilda y los resultados fueron realmente buenos. Cuando comenzó la producción sobre la vida del mítico cantante cuartetero argentino las expectativas se elevaron mucho.

Vuelve a traernos una muy buena película. Es el típico formato de biografía de un músico, pero funciona a la perfección. Concretamente, la historia del Potro está cuidadamente narrada, con un correcto guión, y personajes reconocibles y empáticos.

7) «Acusada» de Gonzalo Tobal

Mucha intriga para ver a Lali Esposito en una producción seria y dramática. Cuenta la historia de Dolores Dreier, una joven estudiante con una vida que sigue los parámetros normales hasta que su mejor amiga es brutalmente asesinada. Es un drama correcto y prolijo donde la presión pública y los recuerdos no te dejan despegarte de la pantalla. Los actores se lucen y cuentan con una sólida dirección. Entretiene y atrapa. Y eso es más que suficiente.

6) «Mi obra maestra» de Gastón Duprat

Una dupla protagonista que te hace ir al cine si o si. Esta película nos ofrece una mirada ácida y retorcida del mundo del arte. Las idas y vueltas de los managers, los artistas plásticos y rodeado de una crítica a cierto sector social.

Las actuaciones y la correcta dirección encarrilan cuando el guion divaga. En resumen, es una entretenida y buena película argentina.

5) «El Amor Menos Pensado» de Juan Vera

Si hablamos de cine nacional, hablamos de Ricardo Darín. Este año protagonizó junto con Mercedes Moran la ópera prima de Juan Vera: un matrimonio de 25 años se enfrenta a su división, cuestionándose sobre el amor, el deseo, el paso del tiempo y lo que realmente quieren en la vida.

Comedia romántica clásica con personajes profundos y astutos. Los vínculos monótonos de pareja envueltos en un guion con vueltas de tuerca.

4) «Rojo» de Benjamín Naishtat

Una sorpresa completamente. El escritor y director Benjamín Naishtat busca mostrar con su tercera película el preludio del horror. Ambientada en los años previos a la Dictadura Militar. Una sociedad que callaba y era cómplice de lo que vendría. Un film dramático que muestra esta época tensa y poco vista en cine.

Perturbadora, elegante y feroz. Mezcla de melodrama y thriller. Y por momentos provoca terror con aquello que está por venir, pero que nunca vemos en pantalla. Una de las mejores producciones argentinas del año.

3) «La Quietud» de Pablo Trapero

Película erótica, personal y provocativa. Es una película que pretende conmover pero también movilizar. Es perfecta para la coyuntura, se tocan temas como el aborto y la concepción desde un lugar poco común. Totalmente rupturista.

Graciela Borges  es una eminencia de la actuación. Trapero sigue en gran nivel. Gusman y Bejo, desbordan química. Logrado trasfondo político-social relacionado con la Dictadura y la ESMA. Gran banda de sonido con un tema de Mon Laferte (no podrás parar de escucharlo). Llena de momentos incómodos que nos sacan de nuestra zona de confort.

2) «Animal» de Armando Bo

Luego de ganar el Oscar por «Birdman», Armando Bo se vino a Mar Del Plata y filmó uno de los mejores thrillers argentinos del año. Un hombre necesita un trasplante de riñón y va a conseguirlo, de la forma que sea. La desesperación humana, las fallas del sistema de salud y los prejuicios de clase.

Luego de «El Clan», Guillermo Francella vuelve a darnos una actuación magistral, tanto gestualmente como físicamente en un rol complejo. Muestra al hombre como un «animal», capaz de hacer lo necesario para seguir viviendo. Humor negro, rabia y mucha incomodidad.

La dirección es impecable, Bo nos regala unos planos secuencias que nos meten en la historia de lleno. Podemos conocer la casa y la vida cotidiana de esta familia idílica que se está por derrumbar. Nunca la bellísima Mar Del Plata estuvo tan bien filmada.

1) «El Ángel» de Luis Ortega.

La mejor del año sin lugar a dudas. La película protagonizada por Lorenzo Ferro en la cual interpreta a Robledo Puch, uno de los asesinos argentinos más famosos de la historia. Sin enaltecer ni juzgar, muestra al asesino en su etapa de máxima libertad personal. No le busca explicaciones fáciles del accionar del criminal. Es cinematografía pura.

Toto Ferro es un gran descubrimiento de la actuación. Sus bailes, sus joyas, sus motos y su imprevisible andar son hipnóticos. El reparto entero la rompe: el Chino Darín ya es un gran actor, Lanzani cumple, Fanego nunca defrauda en sus papeles y ni hablar de la espectacular Mercedes Morán.

Cruzan temas como el despertar sexual, la lealtad y la ambición. La banda sonora la rompe: Pappo, Palito Ortega y el inolvidable tema «El extraño de pelo largo». El cine argentino encontró un nuevo clásico en esta película basada parcialmente en hechos reales. Elegida para representarnos en los Oscars.

 

Sebastián Manestar

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