Crítica de «Borat, siguiente película documental» de Jason Woliner (2020)

El trabajo de un reportero consiste en informar una noticia o hecho desde el lugar donde se produce dicho acontecimiento. Allá por el año 2006 se estrenó una película en forma de falso documental que seguía los pasos de un periodista de Kazajstán en su investigación de la cultura estadounidense. Hoy, 14 años después, llega una segunda parte de ese film que, aunque muchos creían innecesaria, refleja perfectamente la sociedad actual y nos trae una perspectiva tan irónica como auténtica del mundo o, más específicamente, de «América» (Estados Unidos).

Años después de su primera visita a Estados Unidos, y siendo ahora una persona reconocida en el país, Borat (Sacha Baron Cohen) vuelve a pisar territorio americano, pero ya no tanto como reportero sino como mensajero político para su país, teniendo que, además de lograr su cometido, lidiar con un nuevo desafío: la paternidad sobre su hija de solo 15 años (Maria Bakalova).

Con un título en inglés que nos resume la trama de la película, «Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bribe to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan» nos introduce en la realidad existente de lo denominado para ellos como «América», en época de elecciones presidenciales y pandemia, desde la perspectiva satírica de un corresponsal extranjero que reúne todas las actitudes discriminatorias posibles a causa de la ignorancia de su país natal. Dicho papel es representado por Cohen de manera impecable, mostrando su maestría en este tipo de humor a la vez que camina por la cuerda floja entre la comedia, lo absurdo, lo asqueroso y lo insultante, pudiendo tener distintas interpretaciones dependiendo del espectador. Es tal el caso que hasta el mismísimo Donald Trump criticó duramente al actor por el film, específicamente por una escena que involucra al político Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York y actual abogado del presidente, en una situación comprometedora con Maria Bakalova. La actriz búlgara que da vida a la hija de Borat en esta secuela no tiene nada que envidiarle al protagonista ya que logra ponerse a la altura del mismo con una interpretación igual de absurda, pero a su vez inocente y receptiva, que va ganando protagonismo con el avance de la trama.

Así como hemos visto a Cohen interpretar cómodamente este tipo de papeles, tanto en «Borat» (2006), como en sus performances en «Brüno» (2009) o «El Dictador» (2012), también siempre lo hizo de la mano del director Larry Charles. Sin embargo, en este caso, se optó por otorgarle el debut en largometrajes a Jason Woliner, un director de series de comedia que no logra darle el flujo suficiente a la obra para verla como una película, sino que se concibe más como un conjunto de sketches que siguen un hilo argumental. No obstante, cada uno de estos consigue funcionar tan bien que el producto total reúne el valor de todas sus partes, haciendo del resultado, algo más que digno de ver para los amantes del género y del actor.

En síntesis, «Borat, siguiente película documental» es el film que necesitábamos en esta época de cuarentena al tratar la política y la dura realidad que estamos viviendo desde una perspectiva satírica y divertida. Una obra que se adapta tanto a nuestra situación actual que hasta podemos verla sin romper el aislamiento social al estrenarse en la plataforma de streaming Amazon Prime Video.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Agustín Bravo

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