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Crítica de “Diez Menos” de Roberto Salomone (2018)

Quique es lo que llamaríamos un buen cristiano, asiste a la Iglesia, cumple correctamente con su trabajo como mecánico y trata de darle todos los gustos a su mujer, dentro de las pequeñas posibilidades económicas que tiene. Pero su vida dará un giro de 180° cuando lo echen del empleo y su esposa lo abandone dejándolo sin siquiera un hogar. Cuestionando su creencia en Dios, el protagonista deberá rebuscárselas para sobrevivir.

“Diez Menos” es una comedia protagonizada por Diego Pérez, que si bien tiene algunos aislados momentos de humor no son los suficientes como para solventar esta disparatada historia, que además nos deja esa sensación de que podría haber sido mucho más arriesgada. Desde un comienzo podemos ver la relación entre el personaje principal y la religión y cómo un quiebre en su vida lo lleva a cuestionar la voluntad de Dios y a no querer seguir el camino de los diez mandamientos. Y a pesar de que rompe algunos de ellos (porque se olvidan de la mayoría aunque este punto se haya planteado como el eje principal del relato), se podrían haber llevado las distintas situaciones a un extremo más hilarante para, al menos, ser efectiva en ese sentido, pero no se atreve a romper su estructura. Es así como nos encontramos con un sinfín de situaciones que se suceden unas a otras cual sketch televisivo con el objetivo de entretener al espectador, por momentos, y por otros hacerlo emocionar o generar empatía con el personaje principal, pero ninguno de los dos casos se terminan logrando.

Por otro lado, también observamos bastantes problemas de guion, con algunas cuestiones de la trama que no terminan de cerrar. Por ejemplo, Quique conoce durante los primero minutos a una nueva catequista de la Iglesia, que recién hacia el final de la película vuelve a aparecer, adquiriendo una gran importancia (de la nada) para la historia. Pero entre medio no tenemos un desarrollo de este personaje o de la relación entre ambos, ni siquiera lo vemos o escuchamos hablar de él. Lo mismo ocurre con la institución religiosa o como dijimos antes con los diez mandamientos que supuestamente busca romper. Si cumple un rol central para el protagonista debería haber tenido una mayor intervención en el argumento. O con ciertas actitudes o motivaciones del protagonista que no parecerían ser las más acertadas.

Las actuaciones son correctas, aunque no sobresalientes, como también los aspectos técnicos del film, donde podemos destacar la ambientación de las calles bonaerenses, que nos sitúan de una buena manera en la historia.

En síntesis, “Diez Menos” es una película que busca hacer reír y emocionar al espectador, pero que no lo logra, ya que no es lo suficientemente atrevida e hilarante como para atrapar por el lado del humor absurdo y ridículo, sino que no provoca ningún tipo de sensación, y deja en evidencia los diferentes problemas de guion.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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