Crítica de «Drift» de Helena Wittmann (2017)

«Drift» es el primer largometraje de Helena Wittmann, directora alemana que previamente ha filmado varios cortometrajes. En su ópera prima, la realizadora elige una manera particular de poner en pantalla a dos mujeres que pasan un fin de semana cerca del mar, días previos a que una de ellas se dirija hacia Argentina. Helena Wittmann elige a la imagen como total protagonista, especialmente, el mar, el inmenso océano y su oleaje, presente constantemente en la película. Desde los créditos iniciales, el movimiento particular de las olas marca su presencia, con los nombres de los participantes que aparecen y desaparecen, como si el agua los tapara y los volviera a descubrir.

En este film, los diálogos son escasos, con una imagen la directora ya explica lo ocurrido, como la partida de Josefina, una de las protagonistas. Su casa vacía ya nos indica lo que sucedió. Su compañera se ha quedado sola y en un barco en el medio del océano navega, la cámara capta la fuerza del mar, sube y baja gracias a los movimientos de las olas, el sonido que envuelve el ambiente también hipnotiza al espectador, y esa misma cámara parece que puede caerse en esa inmensidad y desaparecer. Del color azul del agua que se refleja durante la iluminación del día, la película pasa a la oscuridad de la noche, donde la luna también ilumina, pero solo unas partes, una línea blanca se forma y allí podemos seguir percibiendo esos movimientos. Estos cambios, de la claridad a la oscuridad, son frecuentes a lo largo de la película, así como también se pasa del movimiento a la quietud.

Como dijimos previamente, lo destacable son esas imágenes del mar logradas por la directora las cuales resultan hipnóticas. Estos instantes dejan atrás el relato sobre las dos mujeres, ya que no nos encontramos con un film que pone el foco en una historia, sino en la potencia de la imagen. La película se podrá ver este jueves de manera online en la página web de Puentes de Cine.

En resumen, «Drift» es una película que requiere de un espectador que le atraiga este tipo de films, donde la palabra es escasa, brindando el protagonismo a la imagen, en este caso, el mar, que se mantendrá en pantalla varios minutos del film. Este mar será también encontrado en otros sonidos, en otros espacios alejados de él, haciendo de su presencia algo constante.

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Camila Mollica