Crítica de «Ritual» de David Bruckner (2017)
Llega esta propuesta de terror británica que adapta la novela homónima de Adam Nevill del año 2011. «Ritual» es un film correcto que le debe bastante a otros relatos, como por ejemplo «The Blair Witch Project» (1999) y «The Wicker Man» (1973).
Lo interesante de este largometraje, que transita por varios clichés del género, tiene que ver con el contexto que rodea a uno de los integrantes del grupo protagónico, que fue testigo del asesinato de un amigo a sangre fría, y el cual no pudo hacer nada para defenderlo. A lo largo de todo el metraje, Luke (Rafe Spall) deberá lidiar con el sentimiento de culpa que lo atosiga desde hace meses cuando Robert (Paul Reid) lo acompañó a un supermercado que estaba siendo asaltado y termina siendo víctima fatal de los atracadores. Luke, junto con el resto de los integrantes del grupo de amigos de la Universidad, Dom (Sam Troughton), Hutch (Robert James-Collier) y Phil (Arsher Ali), deciden reunirse para emprender un viaje de senderismo por los montes de Suecia, con la finalidad de rendirle homenaje a Robert. El idílico escenario escandinavo comenzará siendo un gran entorno para cerrar la herida abierta, no obstante, cuando el grupo decide cortar camino y adentrarse en las profundidades del bosque, ahí es cuando los problemas iniciarán. Una presencia amenazante empieza a acecharlos, al mismo tiempo que extraños sucesos tendrán lugar entre ellos.
Con un arranque intrigante, «The Ritual» va generando suspenso a partir de alucinaciones, sombras y lo sugerido por sobre lo que se muestra. Este opus británico se apoya en sus personajes y sus comprometidas psíquis más que en típicos jump scares poco inspirados. Sin embargo, la trama va desarrollándose siguiendo la fórmula de este tipo de historias, hasta bien entrada la segunda mitad, donde da un giro de 180 grados, metiéndose en el folklore local y en algunas leyendas nórdicas.
En relación a los apartados técnicos, la fotografía se luce mostrándonos ese clima gélido que rodea al grupo, junto a un acertado trabajo musical de Ben Lovett, que ya tuvo la oportunidad de trabajar con el director en «The Signal» (2007).
Quizás el principal déficit del relato radique en la familiaridad de la historia, que nos recuerda a varios clásicos del género. Árboles tallados con símbolos extraños, cabañas lúgubres, cultos siniestros, son todos elementos que ya vimos una infinidad de veces. «The Ritual» termina siendo un entretenimiento correcto gracias a la química de sus intérpretes y ciertos pasajes realmente logrados en cuestión de suspenso.
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Martín Goniondzki