Crítica de «Simón de la montaña» de Federico Luis (2024)
Hace unos buenos años ya que la oferta de cine nacional va nutriendo la cartelera con proyectos más que interesantes del interior de nuestro país, permitiéndoles llegar especialmente a varios festivales de talla internacional como Berlín, San Sebastián o Rotterdam. En este caso hablamos de una película producida enteramente en Mendoza, posible únicamente gracias a los beneficios otorgados por los gobiernos provinciales que priorizan la industria cultural, y que no solo llegó al festival de cine más importante del mundo sino que salió galardonada por el premio especial de la Semana de la Crítica en la edición 2024 del Festival de Cannes.
«Simón de la montaña» es la ópera prima del director Federico Luis, y marca además el regreso a la gran pantalla de Lorenzo Ferro tras protagonizar «El Ángel» en 2018. Con un elenco compuesto mayormente por jóvenes actores con diversas discapacidades haciendo sus primeros pasos en la industria profesional, cuenta cómo Simón comienza a redescubrirse cuando entabla amistad con un grupo de chicos y chicas que asisten a un centro comunitario cerca de la cordillera. Esos nuevos días y nuevas experiencias contrastan con su realidad hasta entonces, ejemplificada por una frase que su madre le deja en claro mientras se quedan en la casa de su novio: “Simón, vos no sos discapacitado”.
El género de las coming of age siempre tienen como reto presentar un viaje muchas veces demasiado familiar, no solo para una audiencia que puede ya ser fan de este tipo de películas sino también para quienes ya han pasado o están pasando por un viaje similar a los del protagonista. La frescura del guion y el elenco conformado en este proyecto se encargan de hacer fuerte la familiaridad del viaje de Simón fortaleciendo a la vez la experiencia cinematográfica con todo lo particular que tiene la realidad de jóvenes con distintas discapacidades que no acostumbran verse reflejadas en la gran pantalla.
«Simón en la montaña» es un drama más que simpático que lleva con justicia la producción nacional al escenario más importante del cine mundial, con momentos divertidos y una fortaleza técnica que logra que la audiencia pueda disfrutar sin obstáculos de una narrativa que entiende perfectamente cuándo alivianarse y cuándo hacerse sentir.
Puntaje:
Leandro Porcelli