Crítica de «Lazos de Vida» de James Hawes (2024)
A más de 80 años de que se desencadenara la Segunda Guerra Mundial, todavía quedan muchas historias para contar, tanto de los horrores que se vivieron los años previos y los posteriores, como algunos pequeños relatos esperanzadores de personas que hicieron todo lo que estaba a su alcance para rescatar la poca humanidad que quedaba en el ambiente.
En este segundo punto nos vamos a situar para hablar de «Lazos de Vida», película que está basada en parte de la vida de Nicholas Winton, un corredor de bolsa londinense que lideró un plan, aparentemente imposible de realizar, para salvar a 669 niños mientras los nazis avanzaban sobre Checoslovaquia en las vísperas de la guerra.
En su ópera prima, James Hawes adapta la novela «If it’s not impossible…» de Barbara Winton, su hija que falleció hace dos años y que dedicó su vida a difundir la hazaña de su padre, para ofrecernos un relato emotivo y esperanzador correcto aunque no termina de explotar sus puntos más sensibles para volverlo deslumbrante y distintivo, a la altura, por ejemplo, de «La Lista de Schindler», donde Steven Spielberg nos regaló una obra maravillosa sobre un hombre con un comportamiento muy similar, un empresario alemán que salvó 1.200 judíos empleándolos como trabajadores de su fábrica (film o personalidad a la cual el director en un momento también le realiza un guiño).
«Lazos de Vida» (o «One Life» como se llamó internacionalmente) es una película que va y viene en el tiempo. En el presente nos muestran a un hombre al que le cuesta soltar lo que ocurrió años atrás y lucha para que lo que hizo quede preservado en algún lugar, mientras que en el pasado vamos viendo sus esfuerzos para arreglar la salida de niños de Checoslovaquia hacia Gran Bretaña para salvarlos de los horrores que se venían y las malas condiciones en las que vivían junto a sus familias.
Es una de esas pequeñas y seguramente miles de historias sobre personas que realizaron buenas acciones durante el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, pero bastante desconocida para nosotros al menos, así que es un buen primer acercamiento a su figura. Está contada de una manera bastante convencional, con una estructura muy marcada y clásica y un desarrollo medio predecible, pero tal vez porque ya hemos visto varios relatos de este estilo a través del tiempo.
En la actualidad Anthony Hopkins va a encarnar a Nicholas Winton. El actor siempre se desempeña muy bien en sus roles, demostrando, en este caso, sensibilidad, humildad y entereza frente a lo sucedido, pero lamentablemente no lo vemos demasiado en pantalla, ya que lo más rico de la historia sucede en el pasado, donde Johnny Flynn interpreta a la versión más joven y aguerrida de su personaje. La alternancia entre el pasado y el presente por momentos parece más una decisión caprichosa de querer mostrar a Hopkins como parte del film que como una justificación narrativa acertada, y, si bien celebramos que esto suceda, de todas maneras su presencia se siente un poco desaprovechada. Recién hacia el final va tomando un poco más de relevancia.
A esta dupla protagónica se le suma también Helena Bonham Carter como una figura importante, tanto a nivel del elenco como del rol que desempeñó en la historia real, ya que se pone en la piel de la madre de Nicholas, una mujer que lo ayudó desde su país a que los viajes fueran posibles, a base de insistencia y carácter. Y una participación muy menor de Jonathan Pryce, que nuevamente se junta con Hopkins después de su colaboración en conjunto en «Los Dos Papas».
Los aspectos técnicos están bien realizados, tenemos una buena recreación de época, tanto en el pasado como en el presente no tan reciente, como también una fotografía bastante oscura y opaca que van en consonancia los horrores que vivieron los protagonistas del film.
La sensación final que nos deja la cinta es que estamos ante una historia enriquecedora y poderosa pero que no logra alcanzar todo su potencial; no termina de transmitir estos valores completamente a través de la pantalla. Está bien que no se recurra a golpes bajos ni a sensiblerías baratas, pero como que existe una emoción contenida que no llega a explotar.
De todas maneras, «Lazos de Vida» es una lograda película que nos acerca a una personalidad bastante desconocida, probablemente por su forma de ser humilde y perfil bajo, pero que es importante que historias como estas se difundan y se muestre que dentro de todo ese horror que vivieron millones de personas también existieron algunos héroes sin capa que trabajaron día y noche, arriesgando su propia vida, para salvar a los demás.
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster