Crítica de “Los tiburones” de Lucía Garibaldi (2019)

“Los tiburones” es el primer largometraje de Lucía Garibaldi, el film ya circuló por diversos  Festivales de Cine, entre ellos, el Festival de Sundance, donde la directora uruguaya recibió el premio por su labor en Dirección en el rubro dramático, y el Festival de Guadalajara, donde recibió más reconocimientos, entre ellos mejor guión, por el realizado por Lucía Garibaldi y mejor actuación, por la labor de Romina Betancur. En esta oportunidad, la película, una coproducción entre Uruguay, Argentina y España, participa en la Competencia Internacional del Festival BAFICI.

La cinta se centra en una adolescente de 14 años llamada Rosina (Romina Betancur), quien vive junto a su familia en una localidad balnearia de Uruguay. La chica afirma haber visto un tiburón en las aguas del mar, este hecho no despierta ningún sentimiento en la protagonista de esta historia, pero sí provoca la desesperación de los habitantes del pueblo quienes esperan con ansias la llegada de los turistas. Sin embargo, este no será el hecho más importante que se desarrolle en la película, sino que está centrada en el deseo (y el acecho) de la chica protagonista por uno de los chicos que trabaja junto a su padre, llamado Joselo (Federico Morosini).

En Rosina no hallamos un sentimiento en concreto, sus gestos y sus miradas no resultan evidentes, pero lo que sí damos cuenta es que sus actitudes se asemejan a los movimientos de un tiburón. Su presa es Joselo, a quien observa, persigue y opera tácticas sobre él para acercarse. Romina Betancur y Federico Morosini realizan un destacable trabajo en ambos personajes. Es pertinente aclarar que es la primera vez que ambos actores participan en una película. Además, están acompañados por los actores argentinos Fabián Arenillas y Valeria Lois, quienes interpretan a los padres de Rosina.

Lo más interesante del film es este juego que se realiza, tomando a Rosina como una cazadora que acecha a su presa, como el tiburón lo hace con los peces y demás animales del océano. El espectador deberá mantener su atención en estas acciones que delatan el lado salvaje de la protagonista, para poder descifrar el parecido entre la adolescente y el animal.

Por otra parte, se destaca un buen uso de las imágenes y el sonido, que acompañan también la intención principal del film.

En resumen, “Los tiburones” es una propuesta interesante, por estos sutiles detalles que comparan a la protagonista con un tiburón. En conjunto con las actuaciones y los aportes de la imagen junto al sonido, logran un atrayente film.

Puntaje:

 

 

Trailer:

 

Camila Mollica

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