Crítica de «Mansión embrujada» de Justin Simien (2023)

Disney sigue intentando llevar fórmulas de éxito consolidadas, tanto de sus parques como de sus películas anteriores. En esta oportunidad, se combinan ambas ya que «Haunted Mansion» es una atracción de uno de los parques temáticos de la compañía del ratón y también una película olvidable de 2003, protagonizada por Eddie Murphy que resultó ser un fracaso rotundo de crítica, pero un éxito en taquilla.

Probablemente el estudio está buscando replicar el éxito que tuvo la saga de «Piratas del Caribe», la cual también está inspirada en una de las atracciones del parque de diversiones y que tuvo 5 largometrajes que recaudaron más de 4 billones de dólares. Es por ello, que hace poco tuvimos «Jungle Cruise» que, si bien tuvo un éxito moderado, sus productores no tardaron en confirmar que estaban trabajando en una posible secuela. Ahora le llega el turno nuevamente a «Mansión Embrujada» ya que es otro de los paseos más icónicos de los parques de Disney. Si bien el resultado es bastante superior al de la primera película, y se establecen algunas ideas interesantes en el medio, por momentos se siente como que todo transita por un terreno seguro y sin demasiados riesgos.

El director encargado de dirigir este reboot es Justin Simien, responsable de «Dear White People» (2014) y la serie homónima que fue realizada por Netflix. El guion cayó en las manos de Katie Dippold que tiene experiencia tanto en comedias como en reboots, siendo la responsable de escribir «The Heat» (2013) y la versión femenina de «Cazafantasmas» (2016). Y el resultado es un film liviano pensado para un público familiar, como una «posible» puerta de entrada al terror, ya que no presenta momentos demasiado escalofriantes o intolerables para la audiencia a la que apunta. Uno podría emparentarla caprichosamente con la serie «Escalofríos» (y también sus trasposiciones a la pantalla grande), más que nada por esa búsqueda de terror sutil que contrasta con momentos de comedia para que nada sea demasiado subido de tono y sea lo más accesible posible.

Quizás es por esto que la película tuvo criticas mixtas en todo el mundo en general, pero el relato presenta varios aciertos que vale la pena destacar. Primero unas breves líneas sobre su argumento para aquellos que necesiten saber con qué se encontrarán. El largometraje nos presenta a Ben Matthias (Lakeith Stansfield, una estrella en ascenso que demostró grandes interpretaciones en «Judas y el Mesias Negro» -2021-, la serie «Atlanta» y «Sorry to Bother You» -2018-), un astrofísico que sufre la pérdida de su esposa y su vida se ve derrumbada. Ben termina convertido en una especie de guía turístico en edificios embrujados, en la ciudad de Nueva Orleans, demostrando su cinismo a los turistas que buscan presenciar algún tipo de experiencia paranormal. Un día el padre Kent (Owen Wilson), le ofrece una suma de dinero importante para sacar fotografías espectrales (en su pasado como astrofísico había desarrollado una cámara con lentes especiales) en una mansión que alquiló recientemente una madre soltera, Gabbie (Rosario Dawson) junto a su hijo Travis (la revelación de la película, el pequeño Chase W. Dillon). Ben acepta a desgano sabiendo que tiene deudas que pagar y se verá inmerso en una trama paranormal junto a varios personajes más, la espiritista Harriet (Tiffany Haddish), el profesor Bruce Davis (Danny DeVito), el Fantasma del Sombrero (Jared Leto), Madame Leota (Jamie Lee Curtis), entre otros.

Como bien dijimos anteriormente hay varios aciertos a destacar en esta película, para empezar que la historia se situé en Nueva Orleans cuya población es principalmente afrodescendiente no es arbitraria. Por supuesto que su rica historia y sus particularidades como ciudad son explotadas por Simien que parece muy cómodo desenvolviéndose en ese terreno. Por otro lado, el elenco es otro de los puntos altos, con grandes nombres muy acostumbrados a la comedia y a la improvisación, terreno que funciona mejor que el terror que nunca fue pensado para estar en un primer plano. Asimismo, los efectos especiales (terreno bastante problemático para Disney últimamente) están muy bien logrados y resultan bastante convincentes tanto en lo que respecta al diseño de los personajes espectrales como a la mansión del título con sus pasillos infinitos, sus habitaciones que se expanden y otras tantas ocurrencias visuales.

«Mansion Embrujada» es una película simpática que no toma riesgos pero que resulta bastante pulcra en su ejecución. Los personajes y sus conflictos universales (se profundiza en el dolor y en la pérdida de los seres queridos) son presentados a un público infantil con astucia, aunque siempre en un terreno seguro. Un relato entretenido que se beneficia de unos intérpretes sumamente comprometidos con la tarea y de algunos pasajes logrados desde lo técnico y desde la dirección de Simien. Sí, el relato está 10 escalones por encima del de 2003 pero aún hay bastante por trabajar.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *