Crítica de «Quien a hierro mata» de Paco Plaza (2019)
Con interesantes dilemas éticos y de justicia, una nueva apuesta española de Netflix nos genera el siguiente interrogante: ¿Las mejores personas pueden ser capaces hacer algo terrible?
«Quien a hierro mata» es una historia de narcos con mucho suspenso dirigida por Paco Plaza, quien vuelve a la carga dos años después de «Verónica», cinta que se convirtió en un hito dentro del cine de terror español. Ahora presenta un absorbente thriller de vendetta escrito por Juan Galiñanes y Jorge Guerricaechevarría («El Niño», «Cien años de perdón»), y protagonizada por Luis Tosar, Xan Cejudo, María Vázquez, Ismael Martínez y Enric Auquer.
Es una producción de Vaca Films, Atresmedia Cine y Quien a hierro mata AIE, en coproducción con Playtime Production, con la participación de Atresmedia, Movistar+, Televisión de Galicia y Netflix, con el apoyo de ICAA, Agadic y Programa Media.
En un pueblo de la costa gallega vive Mario (Luis Tosar), un hombre ejemplar. En la residencia de ancianos en la que trabaja como enfermero todos lo aprecian. Cuando el narco más conocido de la zona, Antonio Padín (Xan Cejudo), recién salido de la cárcel, ingresa en la residencia, Mario lo cuida como a uno más, pero los hijos de Padín, ahora a cargo del negocio, quieren que el enfermero convenza a su padre de que pague una deuda que contrajeron con unos narcos colombianos al fracasar una operación.
Ambientada en Galicia, la película aborda las relaciones familiares, el mundo de la droga, la violencia, la ira, la ambigüedad moral, todos los claroscuros y sus asperezas; un thriller de venganza vibrante e ingenioso.
Tosar se encuentra en total esplendor: vemos la quietud conviviendo con estallidos de violencia, un empático enfermero que asume roles de ángel y demonio sin pretenderlo. Plaza pretende evidenciar que en realidad nadie es bueno o malo absolutamente en la película: todos tenemos dos caras y por muy honrados que seamos, en diferentes situaciones, nuestras acciones no tienen por qué corresponderse con nuestra bondad. A veces, una persona despreciable puede tener un gesto de nobleza, y una persona muy noble puede hacer cosas terribles. Nos regala una cinta oscura, dura, increíble, llena de primerísimos primeros planos que logran trasmitir tanto tensión como angustia, convirtiéndolo en algo personal y brutal. Unas actuaciones tremendas, no solo de Tosar sino también de los narcos, especialmente de Xan Cejudo, muy creíble en su papel. Sin duda el director ha conseguido reflejar muy bien cómo el odio y el rencor son completamente perjudiciales para el ser humano.
En síntesis, esta una suerte de thriller a la gallega derrocha inteligencia, regala planos que sin esfuerzo generan una poesía visual de fuerte carga dramática. Explora el lado más oscuro del ser humano ejemplificando a la perfección el ojo por ojo diente por diente, dejando claro que el pasado nunca nos abandona, sino que siempre acaba volviendo, queramos o no y depende de qué es lo que hagas el karma te lo acabará devolviendo. La cinta consigue convertirse en un buen entretenimiento.
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