CINE

Crítica de «The Tragedy of Macbeth» de Joel Coen (2021)

Desde su creación, el cine ha sido un lugar en el que abundaron adaptaciones de novelas, obras de teatro y demás historias pertenecientes a otros medios. Las comedias y las tragedias de William Shakespeare obviamente no fueron la excepción y han sido llevadas a la pantalla grande en numerosas ocasiones. «Macbeth» probablemente sea de sus relatos más reversionados y visitados en el séptimo arte. Entre los más celebrados o recordados podemos mencionar la versión de 1948 dirigida y protagonizada por Orson Welles, la de 1971 dirigida por Roman Polanski y la de 2015 dirigida por Justin Kurzel y protagonizada por Michael Fassbender y Marion Cotillard. Asimismo, Akira Kurosawa dirigió en 1957 «Trono de sangre» que es una trasposición de Macbeth (la cual está situada en Escocia medieval) al Japón feudal.

Joel Coen dirige por primera vez en solitario, sin su hermano Ethan, y decide hacerlo con una obra compleja que tuvo infinidad de visiones diferentes proveniente de diversos directores destacados de todas las épocas. No obstante, su enfoque y su mirada entre moderna, pero a su vez respetuosa de la obra original, lo llevaron a crear una especie de mezcla entre teatro y cine bastante atractiva que justifica una nueva mirada sobre la obra de Shakespeare. Algo que en definitivas es un triunfo porque podría haber derivado en uno de esos tantos ejercicios impersonales de adaptar algo concebido para las tablas y desembocando en la clásica «obra de teatro filmada».

Aquí Joel conserva esos diálogos en verso e incluso toma la osada disposición de filmar toda la película en set, pero a su vez, también decide darle un look visual sumamente impactante y cinematográfico. Bruno Delbonnel, el director de fotografía del largometraje optó por filmar en blanco y negro y con una relación de aspecto 1.37 : 1. Por otro lado, tuvo varias influencias del expresionismo alemán y principalmente de Fritz Lang para encuadrar y componer algunos planos que van desde la abstracción en momentos álgidos de la tragedia hasta planos sumamente metafóricos y condicionantes sobre el futuro de los personajes. A nivel visual la versión de Joel Coen es verdaderamente maravillosa y es una de las principales razones para ver esta película. En lo que respecta al arte y a la puesta en escena también resultan ser funcionales y eficaces, optando más que nada por un minimalismo decorativo que permitan el lucimiento de los rostros de los intérpretes y las composiciones con luces y sombras.

Asimismo, las interpretaciones que ofrecen Denzel Washington en el rol protagónico y Frances McDormand (como Lady Macbeth) están a la altura de las circunstancias, demostrando su gran pericia actoral para componer a estos personajes intricados y atravesados por la tragedia que bien podrían dar lugar a actuaciones exuberantes e incluso grotescas como suele ocurrir en estos relatos pero que demuestran estar contenidos y en consonancia con el resto de los elementos del film (incluso puede que, a pesar de estar recitada, no sea tan verborrágica como otras versiones y que se limite más a lo visual). Acompañan excelentemente Alex Hassell, Bertie Carvel, Brendan Gleeson, Corey Hawkins, Harry Melling, entre varios otros.

«The Tragedy of Macbeth» resulta hipnótica a nivel visual y atrapante a nivel narrativo, convirtiéndola en una reversión relevante de la obra de William Shakespeare. Un relato absorbente que se ubica entre los más destacados. Algo totalmente esperable viniendo de A24 y Joel Coen.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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