Crítica de «Valeria viene a casarse» de Michal Vinik (2022)
Desde Ucrania e Israel llega a nuestros pagos dos años después de su realización y su paso por distintos festivales «Valeria viene a casarse», una película que se centra en dos hermanas ucranianas. Christina vive desde hace algún tiempo en Israel, está casada, trabaja como manicura en un salón y está a punto de obtener la ciudadanía que le abrirá una puerta hacia otros beneficios. Al sentir que tiene una buena vida allí le insiste a su hermana menor que siga sus mismos pasos. Pero cuando Valeria llegue al país y conozca a su nuevo esposo empezará a dudar sobre si tomó una buena decisión al incursionar en un matrimonio arreglado.
«Valeria viene a casarse» es una película que viene a ahondar en el concepto de los matrimonios arreglados, algo muy común en aquella sociedad pero no tanto en la nuestra. Es interesante poder conocer un poco más sobre estas cuestiones, al mismo tiempo que nos acercamos a una comunidad distante. Por un lado la corta duración del film funciona para no estirar la idea principal más de la cuenta, sino que nos plantea un conflicto y lo resuelve, pero también nos deja una sensación de que se podría haber aprovechado mucho más la temática y que hubo ciertas cuestiones que no se contaron. Por ejemplo, hubiera estado bueno entender cómo es la situación en Ucrania por la cual las dos hermanas estaban escapando para llegar a Israel y tener una vida mejor.
Por momentos la película se siente bastante teatral, casi todas las escenas ocurren dentro del hogar de Christina, generando un espacio totalmente opresivo para los personajes. Ninguno está cómodo en la situación. Los anfitriones porque se ven presionados para que todo salga bien y los que van a conformar el futuro matrimonio porque están nerviosos por conocerse y dar ese primer paso. Es sumamente importante que se respeten los idiomas de cada uno de los protagonistas. Valeria no sabe hebreo, entonces en conjunto tienen que comunicarse en inglés o su hermana deberá traducir el ucraniano. Entre ellas hablan en su lengua natal, como sucede lo mismo con los israelíes. Eso agrega un conflicto más y conforma una barrera por la cual va a distanciar más a los personajes.
A esto se le suma algunas buenas decisiones visuales, de retratar ciertas situaciones desde otra perspectiva que no sigue directamente a los personajes sino que los muestra a través de objetos como ventanas. Y presenta una banda sonora, con una melodía en particular que se repite, que contribuye a seguir generando tensión.
El desarrollo de los personajes es bastante acertado, principalmente la construcción del vínculo entre hermanas. Christina parece ser una persona feliz, que se escapó de un país o un pasado sin proyección, pero con la llegada de Valeria se va a empezar a cuestionar ese castillo de naipes que se armó y que ahora tambalea un poco. Por su parte, Valeria es una mujer que a pesar de haber hecho aquel viaje tiene mucho más claro lo que quiere, y eso pondrá en riesgo al resto. Su visita termina transformando más a su hermana mayor que lo que debería haber sucedido originalmente.
En síntesis, «Valeria viene a casarse» es un drama interesante que nos acerca a una cultura y sociedad bastante distante, con reglas y comportamientos propios. Nos hubiera gustado que se profundizaran más algunas cuestiones pero de todas maneras el conflicto planteado es atractivo y nos va llevando por caminos inciertos. Buena actuación del elenco y una ingeniosa puesta de cámara construyen un relato más que sólido.
Puntaje:
Tráiler:
Samantha Schuster