Crítica de «Vera y el placer de los otros» de Romina Tamburello y Federico Actis (2023)
«Vera y el placer de los otros» se centra en una joven de 16 años (Luciana Grasso), que pasa sus días entre la escuela y los entrenamientos de vóley, y por las tardes le roba a su madre (Inés Estévez) las llaves de uno de los departamentos que administra y se los alquila a otros adolescentes que buscan un lugar donde tener sexo. Lo que comienza como un juego y una rebeldía, se va convirtiendo en una exploración sobre su propia identidad, como también un descubrimiento de lo compleja que es la sexualidad y los vínculos en todas las edades.
Este coming of age se dedica a ahondar en la exploración adolescente, que comienza como una inquietud, una necesidad económica y un juego y se va transformando cada vez más en una búsqueda personal de la protagonista para descubrir gustos sexuales, deseos, despejar dudas y transgredir ciertos límites. No existen muchas películas que muestren el placer (sobre todo adolescente y mucho menos femenino) de esta manera y ese es un valor a destacar, porque todavía sigue habiendo bastantes tabúes y secretismos alrededor de estos tópicos. Los directores abordan estas temáticas con mucha naturalidad, de forma distendida, inclusiva, sin tapujos ni prejuicios hacia el personaje principal o lo que realiza, sino que toda la reflexión quedará a cargo del público.
Las escenas de sexo están bien filmadas, los directores encontraron el equilibrio adecuado para sugerir y mostrar pero no más de lo necesario; no son burdas pero a la vez tampoco tan inocentes. También este logro hay que atribuírselo al elenco, que tomó este desafío y lo hizo propio.
Además del buen abordaje de la trama principal, gran parte de la película se sostiene por su actriz protagónica. Luciana Grasso («Al Morir la Matinée», «Las noches son de los monstruos», «Permitidos») es un hallazgo para quienes no la hayan visto antes. El trabajo que realiza la actriz para plasmar la exploración sexual e identitaria de su personaje es digno de destacar, se muestra con mucha soltura, valentía y fluidez para probar cosas nuevas y encontrar lo que realmente le gusta. Una joven aparentemente tímida, simpática y con personalidad, que se atreve a descubrir lo que otros a su edad no hacen. La acompaña de buena manera el resto del elenco, principalmente Inés Estévez como su madre, con quien construye un vínculo tanto de amor como de conflicto. A pesar de que Luciana es la protagonista indiscutida del film, también existe un desarrollo interesante de la trama de Estévez, donde se explora el sexo a nivel más adulto, el cual también tiene sus inconvenientes, limitaciones y obstáculos.
En síntesis, «Vera y el placer de los otros» es una película que viene a romper con ciertos moldes y paradigmas y mostrar temas que siempre se mantuvieron como un tabú de manera explícita pero sugerente y delicada. Un coming of age que se centra en la búsqueda sexual, de placer e identidad de una adolescente, que se sostiene no solo por la manera en la cual se cuenta la historia sino también en lo que le aportan sus protagonistas femeninas.
Puntaje:
Samantha Schuster