«El Juego del Calamar 2»: nuevos juegos, misma intensidad
Tres años después del estreno de «El Juego del Calamar» en Netflix, una de las series más vistas y exitosas de la plataforma, finalmente llegó su segunda temporada para seguir entreteniendo al espectador a lo largo de sus 7 episodios.
La historia retoma el final de la entrega anterior, en la cual el protagonista Seong Gi-Hu (Lee Jung-jae), decide no irse del país para vengarse de los creadores del cruel juego del cual participó y ganó, pero a costa de la muerte de todos los demás participantes. Es así como se pasa años y años investigando y buscando a quien los reclutó en un primer lugar para decidir, finalmente, volver al lugar para destruir el juego desde adentro. Sin embargo, deberá ponerse a prueba nuevamente y luchar por sobrevivir en un contexto diferente.
A diferencia de la primera temporada que se tomó su tiempo para presentar al protagonista y su historia para luego adentrarse en el juego, en este caso la serie arranca de forma directa, dinámica y llena de tensión y acción desde el primer momento. Vamos conociendo a algunos de los personajes secundarios que también formarán parte de la competencia, pero principalmente vemos los esfuerzos de Gi-Hu para reconectar con ese pasado que no puede soltar. Además, vemos una transformación del protagonista, que pasó de ser una persona optimista a estar determinado con cumplir su objetivo.
Una vez que arrancan los juegos fue un acierto presentarnos un terreno similar pero desconocido, tanto para el protagonista como para nosotros, para volverlo más sorpresivo e impactante. Lo mismo ocurre con algunas incorporaciones nuevas, como las votaciones para decidir si seguir jugando o irse con lo acumulado, que da lugar a debates grupales, fricciones y distintos puntos de vista entre las ambiciones humanas, los miedos, las apuestas, el valor de la vida, entre otras cuestiones. La tensión y esa sensación de que en cualquier momento algo malo va a pasar está muy bien trabajado y presente a lo largo de todos los episodios, como también la violencia con la que se van deshaciendo de los jugadores.
Los personajes secundarios son uno de los puntos altos de la historia. Están bien construidos y desarrollados, haciendo que podamos empatizar con muchos inmediatamente y nos preocupemos por lo que les pasa, mientras que otros nos generen rechazo y se convierten rápidamente en villanos. A partir de sus pasados y sus comportamientos se tratan varios temas atractivos como la transexualidad, el bullying, el mundo de las criptomonedas, los vínculos familiares, el embarazo juvenil, el peso de haber servido en el ejército, la actitud de los jóvenes, la espiritualidad, entre otros.
Otro decisión interesante de esta temporada es brindarnos el punto de vista de una de las empleadas de los juegos. Desde el inicio de su presentación podemos empatizar con ella porque se trata de una mujer joven, desesperada por buscar a su hijo, y que se solidariza con una niña enferma en el lugar en el cual trabaja. Posteriormente nos damos cuenta que está del lado «de los malos», pero también debe tener sus razones. Esta trama de la serie nos permite ahondar un poco más en el detrás del juego y en el negocio de los trasplantes, algo que habíamos tenido un pantallazo la entrega anterior con la investigación del policía.
En este sentido, este joven ex policía devenido agente de tránsito sigue buscando la isla en la cual estuvo y donde se enteró que su hermano es el líder detrás de estos juegos, y parece estar cada vez más cerca de encontrarla. Esta subtrama es tal vez de las más flojas, ya que no le dedican demasiado tiempo, como también las investigaciones no llegan a ningún punto. De todas maneras, hacia el final cobra un valor importante.
Con una tercera y última temporada ya confirmada, que llegará el 27 de junio de este año, la segunda entrega de «El Juego del Calamar» nos demuestra que sigue habiendo una historia para contar más allá de explotar el éxito inicial que tuvo la serie. Continúa con la misma fórmula pero nos ofrece algo diferente para impactar al espectador con traiciones, ambiciones y debates éticos/morales. Con una buena construcción de nuevos personajes, vuelve a ofrecernos entretenimiento del bueno con violencia desmedida pero también con gran humanidad. Por suerte, no buscan estirarla más de lo debido, así que esperamos su resolución con ansias, sobre todo porque el final de esta temporada quedó súper inconcluso.
Tráiler:
Samantha Schuster