Elegir 5 películas de Pedro Almodóvar: un tremendo melodrama

Se estrena en los cines “Dolor y Gloria”, otro nuevo largometraje de Pedro Almodóvar, uno de los directores españoles más afamados de la industria cinematográfica, y queremos aprovechar esta ocasión para recordar algunas de sus primeras producciones realizadas en los ochenta.

«Pepi , Luci, Bom y otras chicas del montón» (1980)

En esta, su ópera prima, el manchego ya exhibe las temáticas provocadoras que definirían su extensa filmografía: episodios rayanos al escándalo (prostitución, maltrato, drogas, etc), personajes border y, sobre todo, mujeres que han tenido que fortalecerse por algún hecho pasado o un hombre que las ha desgarrado emocionalmente.

En “Pepi, Luci y Bom…” todo es excesivo, es un documento que retrata la contracultura -la irreverencia punk-, que se conoce como movida madrileña, en vísperas de la era posfranquista. “Escándalos” mediante, puede verse cómo Almodóvar pone de entrada toda la carne al asador al filmar una violación y una escena de sexo con lluvia dorada incluida.

La película sigue a tres amigas y sus desventuras punk en plena movida madrileña. Los aspectos técnicos son flojos, pero Almodóvar pisa fuerte en su debut.

«¿Qué he hecho yo para merecer esto?» (1984)

Aquí evidenciamos la deconstrucción almodovariana de una trabajadora y ama de casa madrileña. Carmen Maura interpreta a Gloria, una mujer pasada de revoluciones que soporta a una familia completamente disfuncional: un esposo taxista y ferviente machista, un hijo dealer y otro prostituto y, para colmo de males, también convive con su suegra que no ayuda.

Almodóvar pregona y exuda una visión feminista, se pone del lado de la protagonista que desea enderezar los cimientos torcidos de una familia machista tradicional que vive penurias económicas.

“¿Qué he hecho yo para merecer esto?” ganó el premio Sant Jordi a la mejor película española otorgado por Radio Nacional de España.

«Matador» (1986)

Estamos ante un sólido thriller melodramático que se conjuga con la tauromaquia: el torero Diego Montes (Nacho Martínez) se retira antes de lo previsto por una cornada. Sin embargo, esa afición por el rito del toreo lo sigue practicando con las mujeres, a quienes mata después de hacer el amor. Esto se le va de las manos cuando conoce a María (Assumpta Serna), quien tiene la misma fijación mortal por los hombres.

Al contrario de su primer largometraje, Almodóvar comienza a mostrar aquí una estética más pulida y prolija, mucho más personal, que luego utilizaría a lo largo de su carrera. Es imposible pasar por alto el uso de los claroscuros, los colores y ciertos planos que transmiten, con gran acierto, la turbación de los personajes.

Estamos en presencia de una película oscura, pero a su vez hipnótica. Los asesinatos, como rituales de la pasión y la violencia, se ligan y se funden con el arte de la tauromaquia.

«La ley del deseo» (1987)

El director de cine, Pablo Quintero (Eusebio Poncela), atraviesa un mal momento en su relación homosexual con Juan (Miguel Molina). Esta situación es propicia para Antonio (Antonio Banderas), un admirador de Pablo extremadamente compulsivo, que aprovecha, con fortuna, el mal momento que atraviesa el protagonista para entablar un amorío por demás trágico.

Triángulos amorosos, celos enfermizos, familias no tradicionales, un personaje transexual que de su pasado no quiere hablar, toda una fórmula almodovariana que puede dejar sin aliento al más pintado.

Ganó en el Festival Internacional de Berlín el premio a mejor película.

«¡Átame!» (1989)

Si las dos anteriores que mencioné pueden resultar retorcidas para cualquier espectador, ésta no se queda atrás.

Antonio Banderas vuelve a hacer un personaje dispuesto a todo. Él interpreta a Ricky, un muchacho conflictivo que se siente atraído por Marina (Victoria Abril), una actriz, a quien secuestra para que su amor le sea correspondido.

A Almodóvar no le tiembla el pulso a la hora de contar este tipo de historias extrañas, potentes y cautivantes con actores que electrifican la pantalla.

Tuvo 15 nominaciones a los Goya pero no obtuvo ninguno.

 

Pablo Flaherty

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