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Crítica de «Joy» de Sudabeh Mortezai (2018)

¿Cuántas mujeres dejan sus países en busca de un futuro mejor para ellas y para su familia que dejan atrás? Algunas lo hacen bajo falsas esperanzas, donde le prometen un maravilloso mundo que culmina en la trata de personas. Otras son conscientes de que entrarán en la prostitución, pero es un objetivo que están dispuestas a superar a cambio de la libertad. En este segundo grupo se centra «Joy», película que pone el foco en mujeres que dejan Nigeria para irse a Europa a trabajar como prostitutas hasta que salden sus deudas, porque no solo tienen el temor de ser perseguidas, sino que entran en juego cuestiones religiosas y de superstición. La protagonista es justamente Joy, quien no solamente deberá lidiar con sus problemáticas sino que tendrá que hacerse cargo de su recién llegada hermana Precious, quien no está muy de acuerdo con las formas de ganarse la vida.

Si bien se aborda una temática fuerte, la misma está tratada con una sutileza especial, pero no por eso deja de ser muy poderosa. No hay golpes bajos ni cae en los lugares comunes de mostrar a las mujeres ejerciendo directamente la prostitución y solo en un momento se expone un hecho de violencia física (que también sucede fuera de campo), sino que busca mostrar la dinámica entre las mujeres, sus rutinas, sus ganas de salir adelante, sus miedos, su empoderamiento. Varias de las secuencias no las vemos en pantalla, sino que el espectador tendrá que ir conectando las distintas ideas a lo largo del film. Son muy interesantes las interacciones entre dichas mujeres y la madama que maneja este negocio. Es allí donde podemos ver una violencia más psicológica e impactante.

Todo el elenco se encuentra muy bien, pero se destaca sobre todo su protagonista, Anwulika Alphonsus, cuyas expresiones son suficientes para entender por las situaciones que transita y las emociones que le despiertan. Tiene buena química también con quien hace de su hermana, Mariam Sanusi, y cómo contrastan sus personalidades y vivencias. Mientras que una está por terminar de pagar sus deudas y ser libre, la otra todavía tiene un largo camino por recorrer y es reacia hacia ciertas obligaciones.

«Joy» es una película fuerte y poderosa pero no porque vemos imágenes crudas, sino justamente por todo lo contrario. La sutileza que se maneja para plasmar la violencia, los sentimientos ambiguos de estas mujeres y las diversas situaciones por las que tienen que pasar impactan más que cualquier relato directo. Buen trabajo interpretativo y de enfoque de la temática.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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