Entrevista a Misael Bustos, director de «Secreto a Voces»
Se estrenó con un mensaje claro, contundente, pronunciado y testimonial el documental «Secreto a Voces», film de Misael Bustos que versa sobre el tráfico y la apropiación de bebés en la Argentina. Esta cinta pretende sumar visibilidad a cientos de personas que luchan por descubrir su identidad biológica e instalar esta problemática social en las leyes sobre un delito que no prescribe: el de la supresión de identidad. Cinéfilo Serial conversó con Misael Bustos quien nos recibió en la productora.
– ¿Cómo nace el deseo y la idea de hacer «Secreto a Voces»?
– Yo estaba trabajando en otro proyecto, un proyecto de ficción, una serie sobre afro argentinos y en un break del trabajo y charlando con la protagonista de lo que yo estaba investigando, que es Norma Kaensig, de repente se disparó el tema. Y Norma me contó su historia de apropiación y me dijo que había muchos en su misma situación. Yo me quedé perplejo. Inmediatamente asocié el tema con la dictadura, con el terrorismo de Estado y mi mente pensó en las asociaciones de Abuelas y Madres, pero cuando saqué cuentas, no me daban los años. Entonces pregunté más y dije aquí hay una historia, aquí hay un documental. Y hacer documentales un poco es eso: es contar historias, entonces me junté con un periodista y empezamos a hacerlo.
– ¿Cómo empieza formalmente el proyecto?
– En el puntapié de cada proyecto soy muy estricto: lo principal en un documental es el proceso de investigación. Primeramente junto con el periodista Diego Braude nos encaminamos a las ONG y después quisimos salir a buscar el testimonio vivo de la gente en una averiguación que duró cinco años. Porque sentía que no se podía hacer un film con un solo personaje que ejemplificara todo el drama de los 3 millones de apropiados, según las ONG que tratan el tema.
– ¿Y ante tantos testimonios cómo es el proceso de selección de los mismos?
– Quisimos elegir a aquellos que pudieran explicar lo más claramente posible la situación. Entonces abrimos arcos, entre los testimonios, que comprendieran años, búsquedas, lugares y desde allí hicimos la selección, con nuestro equipo. Trabajamos siempre en equipo, junto con los Puenzo.
– ¿Qué es lo que más te impactó al realizar este proyecto?
– Cuando yo empiezo a comentar en el plan en el que estaba trabajando y cuando voy a los medios a dar entrevistas después de realizado el documental, escucho lo mismo que en segmentos del film: “Ah vos sabés que un conocido mío está en la misma situación”. O, «ah, a mi hija yo también la tuve así porque sino no hubiera podido tener hijos…» Y el hecho de tener muy en claro que “No hay adopción ilegal”, no existe esa figura. Es una frase que se dice mucho pero que no existe. O está la adopción legal o la apropiación, la sustitución de identidad. Y que todo el mundo quiere recién nacidos. ¿Cuántos recién nacidos hay en el sistema legal de adopción y cuánta burocracia para finalmente lograrlo?
– ¿Cómo y por qué usas el recurso de la cámara oculta?
– Cuando en un documental elegimos a un protagonista, a ese testimonio en particular le prometemos que lo vamos a seguir, a acompañar. En el caso de Patricia, sabíamos que tanto las autoridades del hospital a las que acudía para saber de su nacimiento o de la partera interviniente, ellos no iban a hablar frente a la cámara. A veces la acompañaba como un amigo y otras como su primo. Tuvimos que salir a comprar, de apuro, un bolso y meter la cámara allí. Habíamos pensado en las lapiceras para filmar pero finalmente optamos por las cámaras. La vida de un documentalista es así y yo particularmente soy de esos que agarra la cámara y sale corriendo a filmar.
– ¿Qué sentiste frente a las respuestas de las autoridades del hospital y de la propia partera?
– Asombro, mucho asombro. No podía creer lo que estaba escuchando. Lo de la partera cuando le decía a Patricia: y ¿qué andas buscando vos ahora?…U otro que contestaba: “¿no me vas a venir a meter en problemas después de tantos años, no? O, la misma partera cuando relata que vio a su hija, apropiada, y que no sabe que lo es, mirando el programa: gente que busca gente. Y cuando le pregunta a la adolescente “que estás haciendo vos mirando ese programa, qué tenes que buscar vos” y el relato de la respuesta de la adolescente, cuando le dice: nada mamá, mi mamá sos vos.
– ¿Qué tinte buscabas que tuviera el film?
– Vi a la gente buscando y los ví tan perdidos. Y lo quise reflejar. Las respuestas de las autoridades de los hospitales siempre era la misma y la que se repite durante años, cuando hay reclamos sobre documentación que acredite identidad: no hay archivos de tantos años atrás. “Sabe, lo que pasa es que acá hubo una inundación o hubo un incendio y no se pudieron salvar los archivos”. Lo que quedaba siempre era ilegible. Entonces ante lo dramático de la respuesta siempre traté de evitar el golpe bajo. Quería que el relato fuera despojado y mostrara la dura realidad a partir de las propias voces de las víctimas en sus búsquedas y en las respuestas que recibían. En lo posible evitando aditamentos para que el testimonio quedará lo más real posible. No abundar tanto en los paisajes, porque el film nos lleva de un lado al otro para no distraer en nada la atención del espectador de los testimonios que sostienen al film.
– ¿Cómo nace el título de la película?
– La película tenía otro título que nunca me había terminado de cerrar, a dos semanas de terminarla Pepe Puenzo y Luis Puenzo me insistieron en que el título no era representativo, así que entre Luis y Pepe le encontraron este maravilloso título, con el cual quede muy conforme.
– ¿Por qué localidades documentaron?
– Filmamos en Suiza: Appezengell, Gais, Zurich. Córdoba: La Falda, Huerta Grande. Provincia de Bs As: La Plata, Brandsen, Gonzalez Catán.
– Utilizaste la reproducción de una entrevista radial también ¿no?
– Hay un solo fragmeno de reportaje de radio, es un reportaje que le hizo en Radio Continental hace algunos años Victor Hugo Morales a Clara Lis Pereira.
– ¿Cuál es la intención de «Secreto a voces»?
– Concientizar al Estado para que implemente las políticas necesarias ante tantas víctimas de este delito del cual la sociedad toda está tan ajena, menos las víctimas y que se deje de asociar con que solo pasó durante el terrorismo de Estado sino que es algo que pasó antes y después y sigue pasando y no dejar tan perdidos a los que buscan que alguien les de las respuestas que necesitan para paliar las secuelas que este delito sigue dejando en sus vidas.
Mónica Beatriz Gervasoni