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«Homecoming», una segunda entrega satisfactoria

Amazon Prime Video nos trajo en 2018 «Homecoming», un thriller psicológico interesante con una historia tan atractiva como original y un muy buen protagónico de Julia Roberts, que debutó en la televisión de la mano de Sam Esmail («Mr. Robot»).

«Homecoming» cuenta la historia de Heidi Bergman, una terapeuta que trabaja en un centro de ayuda que busca reintegrar a la sociedad a los soldados que vuelven de la guerra. Sin embargo, el proyecto esconde otras intenciones y veremos cómo la protagonista llegará a un futuro incierto y desolador, donde no recuerda lo sucedido.

Si bien la historia podría haber cerrado en esta primera temporada, la serie ya había sido confirmada para una segunda entrega. Algo probablemente innecesario, pero que luego de ver su continuación nos deja bastante satisfechos.

La segunda temporada sigue de forma tangencial los hechos ocurridos durante su entrega anterior, centrándose en una joven que se despierta en un bote y no recuerda nada. Sus pasos la llevarán a Geist, la empresa detrás del proyecto de Homecoming, para ahondar más en la ambición, las intenciones corporativas y la lucha por recuperar la identidad.

En este sentido, se expande un poco el universo que ya conocíamos, para interiorizarnos aún más en las consecuencias del proyecto y las internas de una empresa que puede encontrarse frente a su quiebra o descubrir una nueva forma de hacer las cosas para conseguir mayores beneficios individuales.

Mientras que durante los primeros capítulos nos centramos en el presente, el resto de la historia se reconstruye a través de flashbacks para ir armando las distintas partes del rompecabezas hasta descubrir la verdad. Tal vez esta segunda parte sea más simple y lineal que la que vimos anteriormente, sin embargo está bien realizada gracias a que consigue mantener un ritmo tenso, tiene algunos giros atractivos y sorprendentes y genera un buen uso del suspenso, atrapando al espectador desde el comienzo.

En este caso dejamos atrás a Julia Roberts para darle paso a la nueva protagonista: Janelle Monáe, quien realiza un buen trabajo componiendo a esta mujer sin memoria que vuelve sobre sus pasos para saber qué le sucedió. Además, durante esta temporada se suman Chris Cooper como Leonard Geist, el dueño de la empresa que ya no está tan contento con los resultados de su producto y Joan Cusack, que se pone en la piel de Francine Bunda, representante del Departamento de Defensa, que quiere encontrarle un nuevo uso a la sustancia. Pero también tenemos una mayor participación de algunos personajes de la primera temporada, como Walter Cruz (Stephan James), este soldado que formó parte del proyecto Homecoming o Audrey Temple (Hong Chau), quien comenzó como asistente en Geist y fue escalando posiciones. Todos se encuentran muy bien en sus papeles para construir este misterioso universo.

En cuanto a los aspectos técnicos se nota un cambio de dirección entre ambas temporadas. Sam Esmail le dejó su lugar a Kyle Patrick Alvarez y, a pesar de que la serie se ve correcta y presenta algunas decisiones interesantes con respecto al montaje como la pantalla partida, perdió esa estética atractiva que jugaba con las relaciones de aspecto según si la historia se centraba en el presente o en el pasado. La banda sonora sigue acompañando de buena manera y creando el clima deseado para que se desenvuelva la trama.

En síntesis, a pesar de que la segunda temporada de «Homecoming» no se siente al nivel de su antecesora y, en apariencia puede resultar innecesaria, logra expandir el universo corporativo y ahondar en otras temáticas como la ambición, los intereses y las consecuencias de las acciones. Con un buen protagónico de Monáe, la serie consigue atraparnos por su historia cargada de suspenso, digna de una maratón.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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