Jim Carrey, el payaso triste

En el segundo mes del año llega a las salas “Sonic the Hedgehog”, la polémica adaptación del mítico videojuego a cargo de Jeff Fowler. Tras el lanzamiento de su primer tráiler, la audiencia estalló en burlas a través de las redes debido al diseño del erizo, el cual apareció muy diferente a su versión original. La respuesta retrasó la fecha de estreno y se propuso rediseñarlo, lo que no fue de mucho agrado para el actor que encabeza el elenco: Jim Carrey (Dr. Robotnik). Él cree que no está bien que la audiencia intervenga en el proceso de creación, según declaró en una entrevista con Digital Spy. El actor pone en juego su magullada carrera luego de tantos parates debido a problemas personales, y no desea un nuevo fracaso luego de varios desacertados años en lo profesional.

Actualmente, su filmografía cuenta con más de cuarenta largometrajes. Jim comenzó a hacer humor en 1977, a los 15 años, en un cabaret de Toronto. Su show consistía en imitaciones de Elvis Presley, James Stewart y Jerry Lewis. Para 1981 se convirtió en cabeza de cartel y llamó la atención de los críticos. La buena recepción amplió sus horizontes y continuó en The Comedy Store, hasta incursionar con pequeños papeles para películas de televisión o de bajo presupuesto. Su debut, en 1981, tuvo lugar con «Rubberface»; dos años más tarde, en «Copper Mountain» (1983) ya se podía apreciar su versatilidad para el humor físico (slapstick). Su primer papel protagónico fue en «Once Bitten» de 1985. Más tarde, fue dirigido por Francis Ford Coppola en «Peggy Sue Got Married» (1986). Por último, es destacable su labor en «The Dead Pool» (1988) y en «Pink Cadillac» (1989), ambas protagonizadas por Clint Eastwood. Luego comenzaría el programa «In living Color», donde se pudo ver todo el arsenal de insólitos personajes, imitaciones y comicidad que acarreaba el joven Carrey.

En 1994 se daría el conocido “triple bombazo” del humorista. Comenzó con «Ace ventura», la cinta que nos relata las aventuras de un excéntrico detective de mascotas. Sería acribillada por los críticos e incluso el actor recibiría una nominación a los Premios Golden Raspberry (Razzie) como peor nueva estrella. Sin embargo, en la taquilla tendría una respuesta tan satisfactoria que se produjo su secuela un año más tarde. Continuaría con el estreno de «The Mask» donde compartió pantalla con la joven Cameron Diaz, que catapultaría su carrera en Hollywood luego del estreno. En este caso, la recepción fue buena, tanto por parte de los críticos como de los espectadores, logrando convertirse en la cuarta película más taquillera de ese año. Por último, llegó «Dumb and Dumber», que con comentarios mixtos logró convertirse en una película de culto destacando la labor de sus protagonistas. De esta manera, Jim se convirtió en un ícono de la comedia de los 90 y en uno de los actores mejor valuados de la industria cinematográfica de aquel entonces.

Luego de tal hazaña, comenzó su época dorada interpretando variedad de personajes hasta principios de los 2000. En ésta frenética etapa se metió en la piel de villanos como Enigma de «Batman Forever» (1995) o El Grinch en «Dr. Seuss’ How The Grinch Stole Christmas» (2000). Llegaron grandes comedias como «The Cable Guy» (1996) por la que cobró 20 millones de dólares, suma inimaginable para un cómico, «Liar Liar» (1997) y «Me, Myself & Irene» (2000). También se adentró en personajes más dramáticos como «The Truman Show» (1998) que le valió un globo de oro a mejor actor de drama, tuvo infinidad de elogios de la crítica y se convirtió en una película de culto utilizada incluso como objeto de análisis en las universidades. Completaría esa etapa con «Simon Birch» (1998), «The Majestic» (2001) y «Man on the moon» (1999) dirigido por Milos Forman, donde su performance le valió el segundo globo de oro a mejor actor. Según declaró él mismo en el documental «Jim & Andy: The Great Beyond» (2017), luego de interpretar al mítico Andy Kaufman él ya no sabía quién era, su actuación fue tan comprometida que, sumado al cansancio mental de tantos años estando en la cima del mundo audiovisual, tuvo graves secuelas que derivaron en problemas de personalidad y episodios de depresión. Tiempo después, se conoció a la condición con el nombre de “Síndrome del payaso triste”. Según especialistas, se trata de personas depresivas que utilizan al humor como una vía de escape para esconder sus tristezas más profundas.

Pasados dos necesarios años de ausencia en las pantallas, volvió a las risas con «Bruce Almighty» (2003), una película que se convirtió en la segunda comedia más taquillera de todos los tiempos con una recaudación de 484 millones de dólares a nivel mundial. Le siguió la interpretación del Conde Olaf en «Lemony Snicket’s A Series of Unfortunate Events» (2004) y su participación en la galardonada «Eternal Sunshine of the Spotless Mind» de Michel Gondry, con quien volvería a cruzarse para encarar la serie «Kidding» (2018), que ya cuenta con 2 temporadas. De aquí en más su producción de largometrajes tuvo un descenso y como figura principal estrenó «Fun with Dick and Jane» (2005), tuvo una breve incursión en el terror con «The Number 23» (2007), «Yes Man» (2008), «I Love You Phillip Morris» (2009) y «Mr. Popper’s Penguins» (2011). Luego volvió a dedicarse a papeles secundarios como los realizados en «The Incredible Burt Wonderstone», «Kick-Ass 2» y un breve cameo en «Anchorman 2: The Legend Continues» en 2013.

Un año más tarde intentó relanzar su carrera reuniéndose con Jeff Daniels para la secuela de «Dumb and Dumber», pero lamentablemente no tuvo una respuesta tan positiva como se esperaba y fue considerada un fracaso. Su mal presente se vio agravado en 2015 cuando su reciente ex novia, Cathriona White, se suicidó dejando una nota en la que aclaraba que no podía vivir sin él. Este evento hundió aún más al actor en sus problemas con la depresión. Luego de eso participó en «The Bad Batch» (2016) con un muy pequeño papel y en «Dark Crimes» (2018), que pasaría sin pena ni gloria por nuestras pantallas.

En la actualidad afirma estar recuperado de su enfermedad e intenta volver al ruedo, pero esta vez desde una perspectiva mucho más descontracturada, sin las presiones de Hollywood en sus hombros. Asegura ser un «hombre libre» dentro de la industria del entretenimiento y dio vía libre a su creatividad sin importarle las opiniones ajenas. Con el acierto dentro de la ya mencionada «Kidding» de Gondry, recibe este 2020 con una nueva apuesta cinematográfica. ¿Volverá a ser el viejo hilarante cómico al que todos amaban? ¿Tendrá un resurgir al mejor estilo Keanu Reeves? ¿O será un nuevo Carrey mucho más sobrio que nos regalará interpretaciones dramáticas dignas del Oscar?

Javier Franco

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