CINE

Los superhéroes: Es necesaria una reconversión constante

El género de superhéroes es un auténtico fenómeno de masas, pero también a lo largo del tiempo ha sufrido muchos cambios. Pero cuando parece que no queda más nada por traer en pantalla, casi al agotamiento de poca reinvención, la transformación llega para que lo clásico sea una novedad dentro de la modernidad. Ha pasado de ser una apuesta arriesgada a la piedra principal del mayor estudio del mundo.

La mayoría de estos personajes, que tuvieron su inicio en el mundo del comic, hoy forman parte de las franquicias más rentables de la industria cinematográfica, pasando tanto por series de TV como por el cine. Por lo tanto, se ha vuelto uno de los mercados más fuertes. Si bien su sobreexplotación viene funcionando en algunas ocasiones, ha llevado al borde del precipicio al género.

Las primeras incursiones en el cine coinciden con el boom de los cómics, en la década del 40’, mediante películas cortas con personajes como Batman, Capitán América o Superman. Luego aparecieron algunas series de TV en las décadas de los 50’ y 60’. El gran debut del superhéroe ocurrió a finales de los 70’ con un gran éxito, pero a lo largo de 15 años fue cuando empezó a tomar más relevancia junto a sus múltiples variantes, dando pie a muchas de las franquicias que hoy seguimos disfrutando.

Sin embargo, su crecimiento viene desde hace más de 10 años. En el año 2000, el nuevo milenio comenzaba para los heroicos, desde aquella primera aparición  de «Iron Man» de Marvel en 2008 (dando lugar a la primera fase de este universo), la cual fue protagonizada por el emblemático Robert Downey Jr., que generó un renacer en su carrera. También hay que decir que gracias a los superhéroes en el cine hemos tenido notorios avances tecnológicos para la industria del entretenimiento, esto es innegable.

Por lo visto siempre hay un motivo para que de una u otra forma el agotamiento no suceda. Su éxito ha cambiado el panorama del cine estadounidense. Incluso películas derivadas de los clásicos cuentos de los hermanos Grimm se sienten como películas de cómic.

El negocio multimillonario que generó y genera es evidente. Hoy predominan en todas las salas de cine y hogares del mundo. Incluso el actor Matt Damon expresó «Si querés que una película viaje y se reproduzca a lo grande, querés la menor cantidad de confusión cultural. Así que está el auge de las películas de superhéroes, ¿verdad? Son fáciles para todos. Sabes quién es la buena persona, quién es la mala. Pelean tres veces y la buena gana dos veces».

Y es que este tipo de películas se toma para cierto sector como un riesgo para el cine, porque logran llegar a una audiencia tan masiva a nivel internacional que casi no dan lugar a que se produzcan otras menos rentables. Atraen tanto el foco de la gente que no queda margen para nada más, algo que también coinciden directores como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y el reciente ganador del Oscar, Bong Joon-ho.

La naturaleza del mismo es apabullante, entre críticas y halagos continúa en alza donde guste o no, su apogeo en el presente tiene mayor protagonismo que cualquier otro género y temática. Sin embargo, no por tener superpoderes se está exento de la caída. El agotamiento del público está al asecho y la sobreexplotación de las fórmulas que claramente funcionan afectan a cualquiera.

Por eso, siempre es necesaria una constante reinvención del género para no caer en repeticiones aburridas. La historia puede servir para aventurar qué depara el futuro.

La última década estuvo marcada por una fuerte disputa entre las dos grandes compañías Marvel y DC, donde el ganador indiscutido fue Marvel ya que supo llevar adelante proyectos más ambiciosos, de maneras muy efectivas: pensadas para un amplio público de todas las edades, con toques de humor, mucha acción e historias atrapantes. Como «Thor: El mundo oscuro», «Capitán América: Soldado de Invierno» o «Guardianes de la Galaxia» (todos films que pertenecen a la fase 2 del universo). U otras recordadas (llegando a la fase 3) «Guardianes de la Galaxia Vol.2», «Spider-Man: Homecoming» o «Thor: Ragnarok».

Y sin ir más lejos las producciones recientes de TV de Disney+ como «Falcon y el Soldado de Invierno» junto a «WandaVision», que tuvieron una recepción altísima por parte del público.

El Universo Cinematográfico de Marvel ha evitado que las consecuencias colaterales de otros personajes competencia (DC) no se extinguieran, ya que, entre los crossover, fusiones de sus universos y personajes, dieron un resultado impactante. Marcó un antes y después en el cine de superhéroes, extendiéndose al formato de series en TV y plataformas.

La historia nos demuestra constantemente que los éxitos de hoy son los fracasos de mañana. Nada es para siempre, ninguna fórmula es infalible ni eterna. Lo que en la actualidad parece funcionar a la perfección, podría dejar de hacerlo en cualquier momento. Por eso, algo tan establecido como el género de superhéroes debe reconvertirse constantemente para seguir estando arriba. Y algo de eso ya está sucediendo.

Un subgénero que fue creciendo con el correr de los años y logró mejor calidad en cuanto a sus historias y aquí es cuando debemos hacer especial mención a «Shang-Chi y la leyenda de los 10 anillos», la cual puede transformar el camino que venía tomando Marvel. Esta nueva película es un punto y aparte en muchos aspectos, no solo plantea una ambientación y un género hasta ahora inéditos en el MCU, sino que inaugura la fase cuatro después de ese experimento de aventuras nuevas para un viejo personaje que fue «Viuda Negra» que tuvo una muy buena recepción. Llega «Shang-Chi», que abre una vía para la forma de visualizar la acción en el cine de superhéroes en la que la propia Marvel se había estancado.

Por ende, queda más que claro que debe ofrecerse algo novedoso para superar el casi límite del agotamiento que siempre está a punto de suceder y termina retardándose. Sin aquella modernización que mejore su rendimiento, el cansancio llegará al público que hasta el momento se mantiene fiel.

 

Noelia Giacometto

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