«Mujercitas», el clásico literario que no pasa de moda

A más de 150 años de su primera publicación, la novela escrita por Louisa May Alcott no pierde vigencia. No solo se convirtió en un fenómeno en ventas en 1868 cuando vendió dos mil copias en su primera semana, sino que hasta el día de hoy es uno de esos libros que jamás se dejó de imprimir porque la gente lo sigue comprando. Además, es una evidente inspiración para escritoras y cineastas: la referente feminista Simone de Beauvoir se ha manifestado respecto a «Mujercitas» como una de sus tempranas influencias, y la adaptación que Greta Gerwig («Lady Bird») presenta este año ante la Academia tiene como precedente a otras trece versiones de la obra de Alcott, entre películas, series y musicales.

«Mujercitas», que sigue a las cuatro hermanas March (Meg, Jo, Beth y Amy) mientras atraviesan el proceso de convertirse de niñas a mujeres en plena Guerra de Secesión, fue escrita por encargo. Según escritos hallados en los diarios íntimos de la autora, un editor amigo de la familia le pidió que escribiera una historia simple sobre chicas. Sin embargo, aunque Alcott lo intentó, no pudo terminar su novela porque le parecía demasiado aburrida y, además, no tenía contacto con otras mujeres aparte de sus hermanas. Así, inspiradas en ellas, surgieron las hermanas March y salió a la luz el libro que la haría famosa incluso en vida.

El principal atractivo del libro no reside en su premisa, que en realidad es bastante plana y, pese a haber sido revolucionaria en su momento, hoy la podemos encontrar hasta genérica. Sin embargo, la novela desafía todas las lógicas del tiempo. «Mujercitas» se mantiene vigente hasta el día de hoy porque aborda cuestiones que todavía resuenan en el presente, como por ejemplo el cuestionamiento a los sólidos estereotipos del 1800 y también indaga acerca de cuál es el rol de las mujeres en la sociedad.

Mediante la construcción de los personajes, y especialmente a través de Jo, la gran heroína de esta historia, pone en tela de juicio los roles de género: ella no quiere casarse, ni usar vestidos, ni hacer nada de lo que se esperaría de una «señorita» de aquel momento. Jo es la mujercita más «masculina», manifiesta que le encantaría haber sido un chico y lo único que quiere es, literal y simbólicamente, escribir sus propias historias. De hecho, se dice que esta hermana March es la que está inspirada en la personalidad de Louisa May Alcott.

Además, en el séptimo arte, la adaptación de esta novela también es un fenómeno atemporal. Desde hace más de cien años, «Mujercitas» dejó de pertenecer únicamente al mundo literario para hacer su debut en la gran pantalla. En 1917, se estrenó por primera vez una adaptación de la novela en cine mudo, para después tener nuevas versiones en 1918, 1933, 1949, 1994, 2018 y, finalmente, 2019.

Greta Gerwig, la encargada del guion y la dirección de la última película inspirada en la novela de Alcott, durante una entrevista con Deadline contó que el libro es representativo de su infancia y adolescencia. Lo leyó por primera vez a los quince y lo releyó a los treinta, y vivió dos experiencias completamente diferentes al hacerlo. En su segunda lectura, se dio cuenta de que interpretaba los sucesos de forma distinta y entendía a los personajes desde otro lugar, y supo que tenía que hacer la película. Eventualmente, Sony la contrató para escribir el guion y, cuando salió «Lady Bird», le ofrecieron dirigirla. Para Gerwig, «el libro es sobre mujeres, ambición, dinero y arte. Se trata de la intersección entre esas cosas. Quiero hacer una película que se enfoque en eso porque, para mí, de eso se trata el libro».

 

Micaela Gallo

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