“Sharp Objects”: Cuando el pasado reabre heridas

Después del éxito obtenido con “Big Little Lies” el año pasado, donde no solo cosechó infinidad de premios y buenas críticas, sino que brindó un espectáculo de primer nivel, con una historia oscura y personajes misteriosos interpretados impecablemente por grandes actrices, el director Jean-Marc Vallee volvió a la pantalla de HBO para otorgarnos “Sharp Objects”, una miniserie de ocho capítulos proveniente de la adaptación de la novela de Gillian Flynn, creada para televisión por Marti Noxon (“Grey’s Anatomy”, “UnReal”).

Protagonizada por Amy Adams, “Sharp Objects” conserva el estilo de “Big Little Lies” en varios aspectos. Habiendo visto la producción anterior, nos encontramos nuevamente con un personaje principal de una mujer doliente y fuerte; un ritmo narrativo más pausado; y un pueblo oscuro con un ambiente opresivo y represivo. Sin embargo, a pesar de relacionarse en apariencia y compartir al mismo director, la reciente producción de HBO resalta por sí misma y por todo lo que tiene para ofrecer.

“Sharp Objects” comienza con la noticia de desaparición de dos niñas en el pueblo de Wind Gap, donde nació y se crió Camille, una periodista de San Louis. Ante tal evento, el jefe de la joven decide enviarla a cubrir los hechos para reportarlos luego en el diario. Es así como la protagonista tendrá que lidiar no solo con la investigación, sino más aún con el regreso a un lugar del cual decidió salir y a un pasado que oculta por ser tan doloroso.

El punto de partida, y el caso en sí, es un simple detonante para inmiscuirnos en la vida privada de Camille. Por momentos incluso pareciera como si la investigación pasara a un segundo plano, porque hasta casi el final de la miniserie no nos encontramos con avances pronunciados. Es como si cumpliera la función de hacer reaccionar al pueblo, mostrarnos sus secretos, y mantenernos en un ambiente pura tensión, pero siempre haciendo foco en el pasado de la protagonista y su tortuosa relación con su lugar de origen y su familia.

La historia está muy bien desarrollada, aportando pocos detalles en cada capítulo para atrapar al espectador. Pero sobre todo es muy interesante su estilo narrativo, alternando flashbacks del pasado de una forma muy natural, replicando ciertas escenas que sin ser iguales hacen que la protagonista rememore situaciones de su vida de pequeña en el pueblo. Esto mismo genera que el público deba estar bastante activo para discernir entre lo que verdaderamente ocurrió y lo que Camille puede llegar a imaginar a partir del uso del alcohol o estupefacientes. Asimismo, su tono es muy oscuro. No solo a nivel visual o fotográfico donde predominan las escenas de noche o en lugares poco luminosos, sino a nivel narrativo. La trama se va sumergiendo en un universo cada vez más lúgubre, donde saldrán secretos a la luz que estaban reprimidos en el inconsciente de la protagonista.

En el plano interpretativo, sin dudas hay que destacar la labor de Amy Adams, quien como otras actrices aclamadas en el universo cinematográfico incursionó por primera vez en la televisión para encarnar un rol muy complejo. Su personaje está atormentado por su pasado, por la muerte de una hermana, por la difícil relación que vive con su madre y por ese pequeño pueblo del cual quiso escapar. Su actitud, sus gestos, sus marcas físicas y psicológicas están muy bien representadas por la actriz. La acompaña muy bien el resto del elenco, destacando la gran presencia femenina dentro del mismo. Patricia Clarkson, otro de los nombres que resaltan en el equipo, nuevamente vuelve a encarnar a un personaje con el que es difícil empatizar, que viene a simbolizar la figura de la mujer modelo de pueblo, que se hace cargo de las actividades sociales por un objetivo superfluo. Completa este trío protagónico femenino Eliza Scanlen, una joven que personifica a Amma, hermana menor de Camille, con una doble personalidad: lo que verdaderamente es y lo que aparenta delante de su madre.

Su ritmo pausado, su historia psicológicamente intrincada, sus personajes complejos cuyo aire de pueblo les da un mayor misterio, su buen elenco con una magnífica interpretación de Amy Adams, hacen que “Sharp Objects” sea un producto de gran calidad en todos sus aspectos. Hasta último momento mantiene atrapado al espectador, presentando una resolución sorprendente, con gusto amargo (en un buen sentido), y que finaliza después de los créditos. Sinceramente imperdible.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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