«Westworld», una temporada diferente pero que mantiene su esencia

Ayer terminó la tercera temporada de «Westworld» en HBO, una entrega totalmente diferente a lo que nos tenía acostumbrados, pero que nos dejó igual de satisfechos con su resultado.

Dejamos atrás los parques donde personas adineradas iban a liberar sus placeres culposos y donde los anfitriones lograron tener conciencia propia para romper con el loop en el que vivían constantemente, para pasar al mundo real de los seres humanos sumidos por la tecnología y el control total.

Es así como Dolores buscará aliarse con un ex veterano de guerra, Caleb, para poder cambiar el rumbo de la humanidad a través de un elaborado plan. Para lograr su objetivo, tendrá la ayuda de otros anfitriones, mientras que será perseguida por Meave, quien intentará detenerla para obtener la clave que guarda en ella y así poder reunirse finalmente con su hija. Sin embargo, estará a las órdenes del creador del programa que controla toda la humanidad y no quiere su destrucción.

Esta tercera temporada nos permitió no solo ahondar en una versión cada vez más amplia del universo, sino también tener una historia más directa y frenética que antes. «Westworld» siempre se caracterizó por reflexionar acerca de cuestiones filosóficas y metafísicas, al mismo tiempo que nos brindaba algo de acción que iba creciendo poco a poco, con la búsqueda de libertad de sus personajes y lo que estaban dispuestos a hacer para alcanzarla. Sin embargo, durante esta entrega la acción tomó un rol fundamental para guiar a cada uno de los protagonistas. Seguimos teniendo la esencia de la serie, ese halo poético que la rodea y el tema del libre albedrío como hilo conductor, pero no hay muchos momentos en los cuales se pausa la acción para reflexionar sobre estos asuntos.

Durante esta entrega, la tecnología cumple un rol todavía más preponderante que antes y esto se ve reflejado en el despliegue de producción y en los recursos que utilizan para plasmar este nuevo universo. Ya lo habían demostrado previamente pero es impresionante el uso de los efectos especiales para confeccionar sobre todo a los anfitriones y las coreografías de pelea para enfrentar cada situación violenta con originalidad y astucia.

Al igual que en otras oportunidades, los personajes se van desarrollando a medida que transitamos los distintos capítulos, desplegando su personalidad, sus intenciones y su verdadero ser. No siempre son lo que pensamos o reaccionan como lo podríamos haber imaginado, otorgándonos nuevos matices a lo que ya conocíamos. Evan Rachel Wood y Thandie Newton siguen sobresaliendo dentro de la historia, debido a que sus papeles están muy bien consolidados y la fortaleza que presentan ambas actrices. Además de los personajes habituales de la serie, durante esta temporada se incorporaron nuevos roles, con grandes pesos pesados de la televisión y del cine que lograron una buena performance. Principalmente podemos destacar el de Caleb (Aaron Paul), este humano modelo (o no) elegido por Dolores para su lucha. Un joven que fue a la guerra, perdió un amigo e intentó rearmar su vida nuevamente, aunque luego comienza un debate acerca de su poder de decisión o ser un simple peón dentro del universo controlado por un ser superior. Serac (Vincent Cassel) también es un papel interesante, este magnate de la tecnología cuyo invento mantuvo a la humanidad en su rumbo «correcto» y que ve en juego su vida con la aparición de Dolores. Ahora que tenemos a todos los personajes dispersos por distintas locaciones, también tenemos muchas subtramas que pueden confundirnos un poco pero toda mantienen nuestro interés. Mientras que durante las dos primeras temporadas pudimos observar la humanidad dentro de los anfitriones y cómo no distaban mucho de nosotros, con sus pensamientos y sentimientos, en esta oportunidad nos acercamos a una mirada profunda sobre los seres humanos, su capacidad de decidir y el control que otros ejercen sobre nosotros.

Pero no todo terminó acá. No solo ya tenemos confirmada la cuarta temporada de «Westworld», sino que su resolución también nos dejó varios interrogantes para ser tratados en un futuro (algo incierto por la detención de los rodajes por la pandemia). Muchos de ellos tienen que ver con este nuevo mundo que dejó Dolores, para bien o para mal, y sobre sus verdaderas intenciones que todos pudieron ver hacia el final. Sin embargo, se sigue gestando esta dicotomía entre seres humanos y anfitriones, dos especies diferentes que no sabemos si podrán vivir en este nuevo universo planteado.

La tercera temporada de «Westworld» nos trajo la apertura de un mundo todavía más inmenso al que conocíamos, con un ritmo mucho más aceitado y frenético que le dio más lugar a la acción que a la reflexión, aunque nunca dejó de lado su espíritu profundo y poético. Con buenos personajes incorporados, y un escenario totalmente diferente, la serie nos dio una probada de algo diferente pero igual de cumplidor. Y no se olviden de ver la escena post-créditos que nos deja todavía más ganas de ver qué es lo que vendrá.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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