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“Black Mirror” S05E01: “Striking Vipers”

Una nueva temporada de esta serie revolucionaria llega a Netflix con tres episodios que nos muestran, como es costumbre, las dos caras de la tecnología, haciendo que a veces deseemos utópicamente que en un futuro exista algo de lo que vemos, pero a su vez teniendo miedo de qué repercusiones pueden generar estos nuevos avances en el mundo. Con esta idea en mente, el primer capítulo de «Black Mirror» titulado “Striking Vipers” rompe los límites de la realidad virtual como medio para contar una historia que no podemos determinar si es de amor, traición o una forma de ver a la comunidad LGBTQ.

Danny (Anthony Mackie), su novia Theo (Nicole Beharie) y su mejor amigo Karl (Yahya Abdul-Mateen II) conviven juntos en un departamento hacia final de su tercera década de vida, sin preocupaciones, saliendo a bailar y, en especial los hombres, jugando videojuegos, particularmente uno japonés de lucha llamado, como el título del episodio lo adelanta, “Striking Vipers”. Once años después, en la fiesta de cumpleaños de Danny, quien ya ha formado una familia con Theo viviendo una vida rutinaria como padre y esposo, aparece Karl, con quien ha perdido contacto con el pasar del tiempo, y le regala la nueva versión del videojuego que jugaban de jóvenes junto con un dispositivo de realidad virtual requerido para jugar. Esa misma noche, el dúo, cada uno desde su hogar, comienza a jugar eligiendo sus personajes predilectos, por un lado, Karl elige a la bella Roxette y Danny al gran luchador Lance, con el que nunca le ha logrado ganar. Así, lo que arranca como una pelea inofensiva para pasar el rato, escapar de la rutina, y recordar viejos tiempos, con la adrenalina del momento, acompañada por una realidad virtual que hace que los jugadores experimenten el juego a flor de piel, concluye con un apasionado beso. Pero lejos estaba de concluir ya que, con el día a día, lo que fue un shock para los protagonistas en un primer momento, se transforma rápidamente en una rutina que amenaza la integridad de la familia feliz de Danny, mientras que, para Karl, se va convirtiendo en una obsesión.

El director Owen Harris, quien dirigió anteriormente el capítulo “San Junipero”, apunta a atraparnos exclusivamente con su premisa, que no estaría mal si no se quedara corto al momento de otorgarnos contenido que esté a la altura de la situación. Mientras que la idea general del episodio es la de poder mostrar los problemas de pareja y de relaciones inmersas en la tecnología de la actualidad, esto, que mucho se tarda en plantear, se ve opacado rápidamente por la confusión homosexual de los protagonistas, presentando matices trans y hasta interraciales (al ser ellos afroamericanos y sus personajes en el juego asiáticos), en un entorno hiperrealista, haciéndonos perder el enfoque de la historia y dudando de cuál es la mejor conclusión para el problema.

Los actores cumplen sus roles sin complicaciones, destácandose en los pocos momentos que la trama les permite, a excepción de aquellos dentro del mundo virtual que mucho dejan que desear.

Los efectos especiales y la aplicación de la tecnología, que mucho sobresale en anteriores entregas de la serie, queda un poco por debajo de lo esperado haciendo que nos preguntemos si fue la mejor decisión transformar un videojuego animado en un live-action ya que nos deja en presencia de golpes, patadas y movimientos con efectos algo burdos al estilo “Dragon Ball Evolución (2009)”.

En resumen, “Striking Vipers” es un inicio de temporada que muchos vamos a destacar, pero no ciertamente por ser un capítulo ejemplar sino por la peculiaridad de la historia, para algunos no tan inverosímil, que rodea la nueva paradoja que nos plantea “Black Mirror”, que nos hace soñar con lo que nos depara el futuro de la tecnología, pero también nos sitúa en lo que esos avances pueden causar en la sociedad.

Tráiler:

 

Agustín Bravo

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