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Crítica de “Emma” de Juan Pablo Martínez (2018)

Juan es un hombre encrudecido por su trabajo en las minas de carbón en Río Turbio, la Patagonia Argentina, mientras que Anna espera que su esposo desaparecido vuelva a su hogar. Luego de que la mujer sea víctima de un accidente, el destino cruzará la vida de ambas almas solitarias para darse compañía.

El film se caracteriza por la presencia casi absoluta del silencio, los diálogos son muy acotados y se guardan para momentos especiales, poniendo mayor énfasis en la labor interpretativa de los actores Germán Palacios y Sofía Rangone. Sus miradas, gestos y posturas son las que deben hacer que la historia se entienda y que se transmitan todos los pensamientos y sentimientos de los protagonistas, algo que consiguen realizar sin mayores inconvenientes. Tampoco tenemos una banda sonora destacable, sino que se prioriza el sonido ambiente y de la naturaleza.

Tal vez la comprensión del argumento no sea del todo clara, pero a medida que avanza el relato se van dando detalles de la vida de cada uno de los personajes. El director busca dosificar la información para que el espectador vaya descubriendo por sus propios medios lo que ocurre. Esta decisión se convierte en un arma de doble filo, ya que por un lado puede generar un mayor interés por parte de la audiencia que quiere saber concretamente qué está sucediendo y por el otro se puede convertir en una narración un poco lenta a pesar de su hora y monedas de duración.

Como suele ocurrir en los films ubicados en parajes inhóspitos, en “Emma” el paisaje ocupa un lugar predominante, convirtiéndose en otro personaje mudo que expresa cierta crudeza en sus habitantes.

En síntesis, “Emma” es una película que se sostiene por la efectiva interpretación de sus protagonistas, quienes tuvieron que trabajar con su corporalidad y gestos para transmitir una historia que poco a poco va desentrañando su argumento. La falta de diálogo y sonoridad se ve equilibrada por la labor de Germán Palacios y Sofía Rangone y la contextualización de una Patagonia gélida.

Puntaje: 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

 

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