Crítica de «La Superball» de Agustín Sinibaldi (2020)
Detrás del fútbol como vertebrador de pasiones se asoma un origen olvidado, que a la vez nos pertenece y constituye como país. «La Superball» viene a correr ese manto que cubre la fundación de la pelota de fútbol moderna, y a reivindicar la argentinidad de tal invento.
El imaginario futbolístico argentino está constituido por las figuras emblemáticas del pibe y el potrero. En ese espacio de libertad, aquel sujeto liminal y rebelde fundó el estilo criollo, caracterizado por una manera de ser y de jugar. De esta manera, el pibe como individuo ágil, indisciplinado, habilidoso, de contextura pequeña y liviana, creó la gambeta, mientras dio forma, sin saberlo, a una identidad nacional y a una cierta construcción de la masculinidad. Es así como a través del fútbol se constituyó una manera de jugar propia, una argentinidad que se exportó junto con los jugadores y su éxito internacional.
Bell Ville es una de esas ciudades donde los potreros siguen floreciendo. Ubicada en la provincia de Córdoba, siente correr por sus venas la fiebre futbolera. La ciudad vibra al compás de su gente, que apoya con fervor al club de sus amores. Nada los detiene, porque los mueve la pasión. Y el orgullo de ser la capital mundial de la pelota de fútbol.
«La Superball» es un documental disponible en CINE.AR que aborda aquella fundación del balón en la ciudad de Bell Ville, de la mano de tres amigos: Romano Polo, Antonio Tossolini y Juan Valbonesi. Dirigida por Agustín Sinibaldi y producida por VacaBonsai, la historia nos remonta a 1931, cuando se reemplazó a la pelota de tiento por una con costura invisible y válvula moderna de inflado. Con ella, las dificultades de juego y los accidentes durante el partido fueron solucionados. El invento revolucionó al ámbito futbolístico, pero el empuje inicial de Bell Ville y sus realizadores no fue eterno. Y el pronóstico de austeridad falló.
El documental sabe narrar con la mezcla justa de emoción e indignación lo ocurrido en torno a la Superball. Al darle voz a los habitantes de la ciudad, se deja ver aquella nostalgia de lo que pudo haber sido, pero no fue. Igualmente, el producto va más allá del invento en sí, porque entrecruza la historia de las fábricas que lo hacen, sus trabajadores, y del propio ritmo que caracteriza a la ciudad.
En esa imbricación es donde el documental anota su primer gol, porque despliega su crítica hacia la desprotección sobre la industria de la pelota bellvillense. Aquel sector que se configuraba como prometedor, es hoy uno que lucha incansablemente por sobrevivir. La falta de fomento por los gobiernos y la importación indiscriminada llevaron a que la fábrica de Superball, la misma que había exportado pelotas a todo el mundo, quedara relegada a un mero papel romántico y artesanal. Y, como tal, es movida por el trabajo manual sobreexplotado, no registrado y con grandes implicancias para la salud.
El gusto amargo del olvido y el desprestigio se siente en los testimonios de los entrevistados, que siguen pujando por elevar a los tres fundadores del lugar de desconocidos en su propio país a héroes del deporte mundial. Entre los que buscan este objetivo está el pibe eterno de Bell Ville, Mario Kempes, aquella realización mítica de las propiedades que ese sujeto debe encarnar. Él hace hincapié en algo que el documental quiere expresar: que si no hay un negocio, el reconocimiento no llega.
A pesar de que contiene algunas tomas que sobran o se extienden de más, «La Superball» cuenta con planos detalle gloriosos y varias secuencias que se condicen con la vibra propia de la ciudad. A través de ellos, el producto audiovisual genera un efecto particular sobre el espectador, pues lo invita a reflexionar sobre los elementos que forman parte de la memoria colectiva, del orgullo nacional y de la identidad argentina. Y, por supuesto, de los que no lo hacen y deberían. Pero, a su vez, lleva a considerar cuánto pudo haber influido el porteñocentrismo en la falta de potencialidad del descubrimiento.
En síntesis, «La Superball» relata de manera correcta la historia de la ciudad que está detrás del invento que transformó la práctica futbolística. Con una elección adecuada de testimonios, logra transmitir su posición crítica y su intención de poner en escena una fundación que pretendió ocultarse. A través de un ejemplo concreto que nos pertenece, el documental lanza un recordatorio tajante: que aquel que no conoce su historia, está condenado a repetirla.
Puntaje:
Tráiler:
Milagros Maffione