CINE

Crítica de «Swallow» de Carlo Mirabella-Davis (2019)

Luego de pasar por el circuito festivalero donde Haley Bennett obtuvo el galardón a Mejor Actriz en el Festival de Tribeca, «Swallow» de Carlo Mirabella-Davis desembarca en la plataforma MUBI para brindarnos una experiencia plagada de tensión, drama, una perspectiva de género bastante acertada y algunas imágenes difíciles de ver. Un thriller psicológico interesante que nos perturba, pero a su vez nos regala un profundo momento de reflexión.

«Swallow» es un film bastante peculiar y atípico que se presenta de manera desafiante ante la escasa propuesta cinematográfica de este 2020 tan particular. El largometraje se centra en Hunter (Haley Bennett), una ama de casa cuyo esposo, Richie Conrad (Austin Stowell), es el nuevo encargado del exitoso negocio familiar, cosa que lo lleva a prestarle poca atención a su pareja. Hunter descubre que está embarazada y esta situación, sumado a la subestimación de la familia de su marido, más el poco lugar que le da su cónyuge en el matrimonio, la llevan a una extraña compulsión: ingerir objetos peligrosos para su salud (ya sean pilas, chinches, canicas y todo tipo de objetos sólidos). Esta obsesión comienza a tornarse arriesgada, haciendo que su familia quiera medicarla, llevarla a un hospital psiquiátrico o incluso ponerle un enfermero para que la vigile cuando está sola en la casa. Hunter comenzará a preguntarse sobre el origen de sus actos y poco a poco irá descubriendo los motivos que la empujan a herirse y autoflagelarse.

Como bien dijimos, «Swallow» es un film al menos particular. Una especie de híbrido entre el cine de género más indie de la cinematografía norteamericana y algunas propuestas más europeas que coquetean con narraciones menos clásicas y/o convencionales. Todo está puesto para generar extrañamiento, incomodidad e incluso tensión en el espectador que poco a poco va conociendo la historia de esta atribulada mujer que comienza con un inusitado fetiche cuyo origen se remonta a ciertos fantasmas del pasado que conviene no revelar para no arruinar la experiencia del visionado de esta tan maravillosa película.

Bennett realiza un trabajo magistral en el rol protagónico, componiendo a esta mujer fuera de época que parece más en consonancia con los años ’50 donde el rol de la mujer estaba mucho más circunscripto a los quehaceres domésticos y a la crianza de los hijos como reflejo de una visión extremadamente patriarcal de la sociedad que todavía no se ha revertido del todo pero que fue cambiando considerablemente con el correr de los años. El personaje de Hunter antepone su felicidad, sus deseos y todo tipo de impulsos para satisfacer a su marido que además de no valorarla ni defenderla ante la mirada inquisidora de sus padres, los cuales la disminuyen constantemente, tampoco es capaz de darse cuenta de que hay algo que oprime a su pareja y no la deja avanzar.

El estado por el que atraviesa su personaje es totalmente palpable, nos genera angustia e incomodidad y nos lleva a ser testigos en primera fila de su resentimiento. Las emociones por las que nos hace transitar el film son como una montaña rusa con muchas pendientes, haciendo que se nos revuelva el estómago con actitudes y ciertos comportamientos que tienen algunos personajes con la atribulada Hunter. No obstante, es imposible quitar los ojos de encima de las bellas imágenes que acompañan a este perturbador relato, cosa que probablemente tengan que ver con la exquisita fotografía de Katelin Arizmendi, que sirve para exteriorizar la compleja psiquis de la protagonista.

Por momentos, pareciera que estamos ante un relato de horror por la enorme cantidad de humillaciones que sufre el personaje de Bennett que quizás pasan por un costado más psicológico, pero no por ello menos peligroso.

«Swallow» es una de las propuestas más interesantes y provocadoras que pudimos ver en este 2020. Un largometraje que toca muchos tópicos bastante actuales como el empoderamiento femenino, la decisión sobre el propio cuerpo de las mujeres, los micro y macro machismos para contar una historia sumamente atrapante, con un guion sólido y una interpretación consagratoria para la joven Haley Bennett. Una película de visión obligatoria.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Martín Goniondzki

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