Entrevista con Agustín Toscano, director de “El Motoarrebatador”

Miguel es un ladrón de poca monta, que en uno de sus robos hiere a una mujer a la salida de un cajero automático. Arrepentido, intenta redimir el daño que hizo y cambiar su vida para poder criar a su hijo. Un pasado que lo persigue y un futuro que no quiere que se le escurra de las manos.

Luego de su paso por la Quincena de realizadores del Festival de Cine de Cannes, “El Motoarrebatador” llegó a las salas argentinas para otorgarnos esta historia intimista de redención de sus protagonistas.

Cinéfilo Serial tuvo la oportunidad de entrevistar a Agustín Toscano, director de “El Motoarrebatador”, quien nos contó los orígenes del film, el trabajo con los actores y su experiencia en el festival.

«La premisa ya abrió una puerta, ya hizo una pregunta. La respuesta yo tampoco la tengo en la película, no da respuesta al problema que propone, pero sí intenta visibilizar un problema que está ahí, que es súper desgarrador y que tiene que ver con que hay gente que le faltan muchas cosas y estos dos personajes que se encuentran en la película están representados principalmente por sus carencias y se encuentran, y se ayudan y eso es indiscutible. Todo lo demás es discutible, pero eso de que se ayudan es indiscutible. Nos hace pensar en eso, en que todos somos seres solidarios si quisiéramos, si nos interesa», manifestó Toscano.

¿Cómo surgió la idea de realizar el film?

El arrebato con el que empieza la película tiene anclaje en una historia real de mi mamá, que la arrastraron en la calle, que la golpearon hace muchos años. Eso pasó y esa imagen la tengo desde ese lugar, pero no es de ahí que viene la película. La película viene de inventarme el personaje de Miguel Ángel, que se llama igual que San Miguel de Tucumán (allí hay una estatua donde el Arcángel está pisando al diablo, es una imagen muy fuerte de la sociedad). Me interesaba que estos dos hombres fueran un poco la metáfora de eso. Y de ahí fui al ladrón de cartera. Cuando hablan de un tucumano en general, de los 50 para arriba, te dicen ‘uhh es tucumano, agarrá las cosas’. Es una broma común. Tenía varios puntos que me parecían neurálgicos de la provincia, de la ciudad, del tucumano. Quería hacer una película sobre San Miguel de Tucumán. Nunca me lo plantee así pero tenía dando vuelta esas ideas.

Pensé en el personaje de Helena, esa señora que pierde la memoria y que cuando lo recupera, recupera lo que quiere. Es selectiva su nueva memoria; no se acuerda de lo que no tiene ganas. Es como si hubiera sido salvada, en vez de atacada.

Agarras un contexto social histórico de Tucumán. Es como tan idealista o romántica la película que alguno puede ver un contraste en eso. Agarrar algo de la vida real y meter como una fábula. ¿Intentaste que sea un contraste o trataste de unir ambas para que sea una especie de híbrido?

Yo sabía que el contraste de la historia íntima de él era un afuera efervescente. Sabía dónde estaba el caos. Si quería ir, volver a meterse en la enajenación, en la emancipación de los derechos y mandarse a ser un simple ladrón que se anda escondiendo lo podía hacer perfectamente todo el tiempo. Pasa que se oculta de ese mundo y ese mundo le habla desde la tele, lo increpa desde el sonido, como que está ahí ultra presente. Por eso fui forzando la idea de que tenía que pasar durante un proceso específico y ese proceso que elegí es la huelga policial como causa de una infinidad de saqueos y rupturas de los mecanismos que defienden la propiedad privada. Y sobre todo los lugares como shoppings entraron en crisis y quería contar como que todo eso estaba abierto, caída la ley ahí, y sin embargo el protagonista se tiene que inventar su propia ley para él y para esa señora que estaban totalmente fuera de ese momento.

¿La construcción de estos personajes los pensaste específicamente para los actores Sergio Prina y Liliana Suárez, con los que ya habías trabajado en “Los Dueños”?

Tal cual, nunca hubiese pensado en una historia como ésta si no era con la idea de hacer otra película con ellos dos. Terminó la otra y sentí que había encontrado un grupo, no solamente a ellos dos, sino varios de los actores de “Los Dueños” que tenían que tener su película protagónica.

¿Cómo fue volver a dirigirlos pero en otro rol? Seguramente ya se conocían mucho

Ya habíamos avanzado mucho antes de haber empezado a filmar. Veníamos hablando, ellos tenían muchas expectativas de la película, hace mucho estaba conversada. Por distintas cuestiones de presupuesto ningún año arrancaba. Todos los años nos juntábamos y avanzábamos un poquito. Cuando llegó el rodaje yo ya le había sacado mucho de ellos en los ensayos, en charlas, para los personajes. Durante el rodaje ellos le metieron mucho de lo que se les había ocurrido en ese tiempo a los personajes. Hay una zona de la película que yo intento no controlarla, que es donde yo trabajo previamente con el grupo para pedirle que después no respeten lo que estaba en el guion, sino que ya inventen con todo lo que hemos ido armando y todo lo hablado. Ellos son muy libres.

Para escuchar la nota completa pueden entrar a (A partir del minuto 38): https://www.spreaker.com/user/radio_trend_topic/cinefilo-serial-t4-p14_1

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