Entrevista con Roberto Vallejos, protagonista de «Gauchito Gil»
Hace poco se estrenó «Gauchito Gil», película de Fernando del Castillo, que se encuentra disponible en Cine.ar. La misma cuenta la historia de Antonio Gil, un gaucho corajudo que se levantó contra las injusticias sociales y la ley en la época de la Guerra de la Triple Alianza, de la peste amarilla y de disputas armadas entre autonomistas y liberales.
Mónica Ortiz tuvo la oportunidad de hablar con Roberto Vallejos, quien se pone en la piel del Gauchito Gil, para contarnos sobre la preparación de su personaje, el rodaje y sus nuevos proyectos.
– ¿Qué te atrajo del guion y te llevó a querer interpretar al Gauchito Gil?
– Cuando el director, Fernando del Castillo, me ofreció el personaje, lo primero que surgió fue contar la historia del hombre, del gaucho no del mito, que vino después como consecuencia. En la película se cuenta lo poco que se sabe de Antonio Mamerto Gil, que fue un gaucho que vivió, nació y murió en Mercedes, Corrientes, que participó de la Guerra de la Triple Alianza. Poder contar la historia del hombre me resultó muy interesante, como así también un representante de una franja social de gente marginada sin voz ni voto que solamente era convocada para las guerras, como fue el caso de Gil, después de resistirse y ser perseguido y que el pueblo lo empieza a proteger, porque se convirtió en una especie de Robin Hood.
– ¿Cuánto fue el tiempo de rodaje? Hay mucho exteriores, ¿qué nos podés contar al respecto?
– El rodaje fue complicado desde lo económico, tuvimos que parar varias veces. Nos llevó alrededor de nueve meses filmarla en total. El gran motor incentivo fue que el director tenía muy claro lo que quería contar, y la ayuda que recibimos de la gente cuando fuimos a Corrientes. Una parte se filmó ahí en Mercedes y otra en la Provincia de Buenos Aires. Fue emotivo también lo que significaba para la gente la figura del Gauchito Gil. Cuando se enteraban que estábamos contando la historia de él, el apoyo, la colaboración, la cantidad de gente que se aceraba para ofrecer ayuda fue conmovedor.
– ¿Qué significó para vos meterte en la piel de un mito? ¿Fue un desafío, una responsabilidad o un personaje más en tu carrera?
– Fue un desafío y una responsabilidad porque es una figura con muchos devotos, fieles del «gauchito gil», entonces hacer una historia de un personaje que está en el inconsciente colectivo es difícil. Con el director tratamos de respetar y cuidar mucho de alguna manera esa imagen que tiene la gente de él, aunque nosotros contamos nuestra historia, más sobre el hombre detrás del mito.
– ¿Cómo ves la industria audiovisual en estos nuevos tiempos?
– La industria del cine siempre fue difícil, en nuestro país, en un contexto muy difícil de competir con los tanques de las producciones de afuera, con pocos lugares de proyección o con tiempos muy limitados o exigidos con la cantidad de espectadores para que sigan teniendo una película en cartel. En estos momentos, pienso que ojalá sea un antes y un después, y esperemos sea para mejor. Hay muchas cosas que hay que re ver y poder hacer un cine nacional y tener una identidad, que si bien crece a nivel artístico, porque hay buenos guionistas, directores, gente que sigue realizándolo, es un contexto muy difícil.
– ¿Estás con nuevos proyectos?
– Actualmente estoy ensayando vía Skype una obra que íbamos a hacer para el ciclo teatro para la Justicia, con la dirección de Jorge Diez. La obra se llama «Maciel» y dadas las circunstancias, estamos ensayando de esta manera y esperando responsablemente que termine esto lo antes posible, sabiendo obviamente que vivimos un momento muy particular y nuestra actividad está muy parada, y tardará seguro en volver a reactivarse. Siendo conciente que no todos podemos llevar este momento de la misma manera y me angustia y preocupa mucho, pero tengo expectativa y optimismo que cerca del verano se pueda volver a una actividad mediamente normal.