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¿Qué nos dejó la segunda temporada de “The Punisher”?

Presentado en la segunda temporada de “Daredevil”, el año pasado “The Punisher” tuvo su propia serie para ahondar más en la vida de este justiciero que cobró venganza por el asesinato de su familia, a través de modos no compartidos por los superhéroes. Ahora volvió con una segunda entrega atrapante a Netflix.

En esta segunda temporada, nos encontramos con un Frank Castle (o mejor dicho Pete Castiglione) que tiene una nueva oportunidad para armar una vida de cero. Pero viajando por distintos lugares de Estados Unidos, se verá envuelto en una pelea, cuando un grupo de matones intenten atrapar a una chica en un bar. Es así como volverá al ruedo como justiciero para ayudar a su nueva compañera. Paralelamente. Billy Russo se recupera en el hospital, luego de la paliza que le dio The Punisher al final de la primera entrega. Sin recuerdos latentes, solo soñando con una calavera, Russo buscará la forma de rearmar su identidad, aunque eso signifique desaparecer de las instalaciones médicas.

Al igual que en la primera temporada, la segunda se divide en distintas historias que se van entrelazando con el correr de la entrega. Por un lado, tenemos a Frank con Amy, tratando de escapar y/o enfrentar a un hombre extraño (John Pilgrim) que los persigue en nombre de un matrimonio poderoso, que estará metido en la política estadounidense, junto a la propia historia de este nuevo protagonista. Al mismo tiempo, Billy Russo está con una crisis interna que buscará aliados en lo único que sabe hacer: pelear y utilizar sus habilidades para acciones descarriadas. También regresa Dinah Madani, la policía del FBI que sufrió las consecuencias de Billy, y que ahora no parará hasta verlo muerto o enrejado para poder seguir adelante con su vida. Si bien nos encontramos frente a varias subtramas diferentes, están mejor amalgamadas que en la entrega anterior. Tal vez al principio todo el tema con Amy se vuelve un poco repetitivo, escapando de un lugar a otro, pero esto hace también que la historia se mueva dinámicamente. Frank se posiciona como el protagonista indiscutido, mientras que Russo y Pilgrim son los claros antagonistas. Madani, Amy y Curtis (amigo de Frank) serán los aliados del justiciero, que lo ayudarán a que la historia avance.

Con respecto a los personajes en sí, a Frank se lo ve mucho más humanizado, gracias a la incorporación del personaje de Amy, quien permite que se cuestione internamente sobre el modo de tratar a sus adversarios (si asesinarlos o no), y que recurrentemente saca el tema de su familia (en vez de los reiterados flashbacks de la primera temporada, ahora tenemos diálogos más profundos). Además, se pone a prueba su código. De todas maneras, seguimos viendo constantes enfrentamientos cuerpo a cuerpo, uno de los puntos más altos de la serie, aprovechando escenas de acción más sangrientas y viscerales de las que pudimos ver anteriormente. No parecen escenarios coreografiados sino que se lo ve bastante realista. Jon Bernthal se pone nuevamente en la piel de The Punisher, regalándonos una y otra vez sus mejores interpretaciones. Un rol a su altura y que le queda muy bien al actor.

Por el lado de Billy Russo, tenemos una evolución positiva en la actuación de Ben Barnes, quien consigue componer a un hombre roto por dentro y por fuera, que no recuerda quién le provocó tal monstruosidad ni por qué sucedió. Es un personaje al borde de la locura, pero que sigue liderando equipos humanos, llevando a varios de los veteranos de guerra hacia la perdición. Nuevamente observamos una crítica a la milicia y a lo que sucede con los soldados que vuelven de Afganistán o Irak sin un propósito concreto en la vida. Lo mismo ocurre con la importancia de tener una identidad marcada y saber quién es uno. Tal vez lo que está menos logrado sea el maquillaje de las cicatrices de Billy, que no son tan exageradas o monstruosas como lo expresa el personaje, y por momentos le falta un poco de fortaleza como adversario de Frank.

En relación a las nuevas incorporaciones, tenemos por un lado a John Pilgrim (Josh Stewart), un antagonista adecuado por momentos, por otro su historia está un poco desdibujada y a veces tampoco llega a estar a la altura del protagonista, pero es interesante tener a alguien con un estilo parecido al de Frank. Amy (Giorgia Whigham), por su parte, ayuda a que Frank se desenvuelva en su lado más humano, como mencionamos anteriormente, aunque al principio el personaje puede resultar algo irritante por la falta de confianza y la actitud aniñada o caprichosa (teniendo en cuenta también su edad). Pero con el correr de la entrega logra conformar un buen equipo con The Punisher.

Todos estos puntos a favor que tiene la segunda temporada de la serie, trae consigo el temor de que “The Punisher” siga el camino de “Iron Fist”, “Luke Cage” y hasta “Daredevil”, producciones que fueron canceladas por el hecho de que Disney está lanzando su propia plataforma. Todavía no se confirmó nada al respecto (como tampoco con “Jessica Jones”), pero, de todas formas, si esto llegara a pasar y si la serie termina acá, por lo menos tuvo un cierre digno, no solo por su altura, sino porque no abre una gran puerta a una continuación ni tampoco tiene un cliffhanger profundo. Una entrega que vale la pena ver, por su potencia, por el crecimiento del personaje, sus antagonistas interesantes (aunque no tan poderosos) y una gran cantidad de secuencias de peleas viscerales, independientemente del futuro de “The Punisher”.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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