Cuando la historia se repite: cinco películas sobre el motín en el HSC Bounty
–Contiene spoilers–
Hacia fines de 1787, la armada real inglesa envió un barco mercante -el Bounty- a Tahití para transportar árboles de pan a las colonias británicas en el Caribe y apalear las hambrunas que sufrían los esclavos que trabajaban en las cosechas.
El encargado de capitanear la expedición, el estricto teniente William Bligh, siguió las instrucciones de atravesar el cabo de Hornos, sin embargo, el fuerte temporal no permitió que el Bounty pudiera llegar al Pacífico y tuvo que retroceder para ir a Tahití por el Océano Índico. Por el retraso, la expedición tuvo que permanecer en la isla durante unos meses para trasplantar los brotes del árbol de pan. La espera permitió a los tripulantes disfrutar de la isla y de los agasajos de los nativos. Terminada la tarea, el Bounty se dirigió al Caribe, pero nunca llegó a destino. Bligh, tras contar las provisiones, notó que faltaban nueces de coco y no dudó en acusar a la tripulación de dicho acto y de insultar a Fletcher Christian, su segundo al mando. Esto, más su rígida disciplina provocó el motín de un grupo de tripulantes liderados por Christian, quien abandonó en un bote a Bligh y a los que, todavía, le eran leales. Hecho esto, el líder del motín puso rumbo a Tahití.
Lo recién escrito puede usarse, en mayor o menor medida, como resumen del quinteto de películas (hasta el día de hoy) que tratan sobre el motín en el Bounty.
La primera, “The mutiny of the Bounty”, que data de 1916, fue un largometraje mudo producido por Nueva Zelanda y Australia. El director Raymond Longford procuró que fuese lo más fiel a los sucesos acaecidos en el Bounty. En la actualidad se la considera perdida.
“In the wake of the Bounty”, estrenada en 1933, fue la segunda producción australiana que relató el hecho. La película de un poco más de una hora de duración consta de dos partes: los primeros treinta minutos son ficción y el resto es un registro documental de las Islas Pitcairn y Tahití un año antes de su estreno. Errol Flynn, actor reconocido por dar vida a diversos personajes en películas de aventuras, interpretó, en su primer papel cinematográfico, a Christian.
Dos años después, la Metro-Goldwyn-Mayer produjo, inspirándose en la novela de Charles Nordhoff y James Hall, “Mutiny on the Bounty”. La cinta muestra a Bligh (Charles Laughton) como un tirano capaz de hacer azotar a los tripulantes por la más nimia de las insubordinaciones. En contrapartida, Fletcher Christian (Clark Gable) es la cara opuesta. Él desdeña todo castigo impuesto por su capitán y cree que los marineros del barco merecen un trato justo. Se esgrime entre ellos una lucha de creencias y convicciones: Fletcher es el empático -el “bueno”- y Bligh el repulsivo -el “malo”. Este largometraje ganó el Oscar como Mejor película.
En 1962, Lewis Milestone dirigió otra versión, también producida por la MGM, con el mismo título que la anterior. Trevor Howard interpreta a un Bligh severo, rígido en la toma de decisiones porque no quiere que la tripulación “lo pase por encima”. Ahora, Marlon Brando, quien hace de Christian, lo personifica como un dandy altivo y socarrón que viste de manera exuberante. Las actitudes de ambos personajes no permiten que empaticemos con ellos. La cinta fue nominada a siete premios Oscar pero no ganó ninguno.
La última del quinteto, “The Bounty” (1984), filmada por Roger Donaldson, tuvo en sus filas a unos jóvenes Liam Neeson, Daniel Day-Lewis y Mel Gibson, además de Anthony Hopkins y un veteranísimo Laurence Olivier. El relato se arrima a los acontecimientos reales y se le dan actitudes ambivalentes -una gran escala de grises- a Bligh y Christian que, a diferencia de las otras películas, se los presenta como amigos. El motín de Christian es más por miedo a alejarse del vínculo amoroso que cosecha en Tahití que por Bligh y sus decisiones.
Pablo Flaherty