“The 100”: Resurgir de las cenizas
Cada temporada de “The 100” se caracteriza por tener alguna temática particular que guía los distintos sucesos de la serie. Durante la primera entrega tuvimos la adaptación de 100 jóvenes a un nuevo territorio y su relación con los “grounders”, en la segunda nos encontramos con “Mount Weather” y en la tercera parte se introdujo la inteligencia artificial y la búsqueda de la Ciudad de la Luz.
En esta cuarta entrega los creadores de la serie decidieron volver un poco a los orígenes. Según la última revelación de A.L.I.E, las plantas nucleares se están derritiendo y la radiación terminará acabando con la raza humana (nuevamente). Solo restan seis meses para encontrar la solución a esta problemática o esta vez será el fin de la humanidad.
Es así como esta temporada de “The 100” se caracterizó por tratar de encontrar alguna medida viable para combatir esta situación, llamada “Primfaya”, tanto para afrontarla como para sobrevivirla.
Ya la entrega anterior nos había presentado nuevos clanes, cuyas amistades y enemistades iban variando según la conveniencia de cada uno de ellos. Pero ahora existe un enemigo mucho más grande que todos, y es por eso que, en lo posible, debieron dejar sus diferencias para luchar juntos para sobrevivir.
Igualmente, como suele suceder en “The 100” el argumento tuvo muchas idas y vueltas. Este es uno de los elementos más valiosos de la serie. Si bien algunos giros a veces son predecibles (porque sabemos que todo lo que puede salir mal, saldrá mal, aunque al final siempre los protagonistas logren salirse con la suya), esto provoca que la historia se vuelva dinámica en todo momento, manteniendo la tensión y el interés del espectador.
Los personajes también siguen teniendo sus matices, demostrando que no hay nadie bueno o malo, sino que cada uno quiere lo mejor para su propia gente y es por eso que a veces las decisiones que se toman no son del todo correctas (porque aprendimos también que no hay decisiones correctas o incorrectas). Esto genera que el espectador desarrolle sentimientos encontrados por los distintos personajes: a veces preferirías que desaparecieran de la trama y otras veces son los únicos que podrían salvar una situación.
Esta vez pudimos ver cómo cada uno de ellos se enfrentaba a esta dolorosa realidad: los que querían luchar para sobrevivir y los que preferían disfrutar de sus últimos días haciendo otra cosa que lo que vinieron haciendo desde que llegaron.
Como mencionamos, esta temporada se caracterizó por volver a los orígenes, en tanto que la humanidad volvió a correr peligro de extinción, teniendo que seleccionar a unos pocos para que pudieran sobrevivir y, cinco años después, lograr reconstruir el nuevo mundo. Además, el tema del espacio volvió a tener una importancia particular, cerrando el círculo que comenzó la primera entrega de la serie.
El final de temporada tuvo la potencia, tensión y magnitud característica de “The 100”, preparándonos para una quinta temporada que regresará en 2018, con la inseguridad del paradero de gran parte de los personajes y con la certeza de que un nuevo enemigo se encuentra en la mira.
Samantha Schuster