«The Umbrella Academy», un poco más de lo mismo pero igual de efectivo

En 2019 se estrenó «The Umbrella Academy» en Netflix, una historia basada en el cómic homónimo de Gerard Way. Tuvo una primera temporada lograda, pero que se vio un poco perjudicada por su ritmo lento y sus capítulos largos, y una segunda entrega que la superó gracias a contar con una trama más sólida, entretenida y directa. Dos años después llegó su continuación a la plataforma.

Luego de haber salvado al mundo de dos apocalipsis, los hermanos Hargreeves volvieron a su hogar para tener una vida más apacible. Sin embargo, al llegar se dieron cuenta de que otras personas estaban ocupando su lugar: los Sparrow. También siete jóvenes con poderes criados por el mismísimo Reginald. Al haberse juntado con su padre en el pasado y haberle brindado una mala primera impresión, él decidió no adoptarlos y suplantarlos por personalidades más obedientes y disciplinadas. Es así como los protagonistas tratarán de recuperar su lugar, al mismo tiempo que se den cuenta que deberán volver a evitar el fin de los tiempos, una vez más.

A nivel conceptual nos encontramos con un poco más de lo mismo en esta tercera temporada. Nuevamente se presenta un apocalipsis y los hermanos Hargreeves deben salvar a la humanidad. Igualmente, la razón de su origen siempre es diferente y consiguen otra manera de resolverlo. Es decir, aunque el destino suele ser igual, el viaje cambia. Incluso, por momentos logran burlarse de sí mismos al decir que esta ya es su especialidad, aceptando la reiteración de este tema.

En este sentido, existen varios giros narrativos sorprendentes e impactantes. La mayoría de ellos no los vemos venir y terminan cambiando la aventura y la dinámica entre los personajes, que no todos pueden tomarse para bien los cambios de circunstancias.

Por otro lado, tal vez tiene un poco menos de acción que la temporada pasada, aunque igual nos encontramos con escenas efectivas y atrapantes, porque se dedica a tratar más los conflictos internos de los personajes, como también los vínculos intrafamiliares, algo más parecido a su debut que a su continuación. Cada uno de ellos busca descubrir sus verdaderos deseos en esta nueva línea temporal, ya sea recuperar a sus seres queridos, preservar el amor o dejar de perseguir metas inalcanzables, como también afilar sus habilidades o florecer algunas nuevas que no sabían que tenían.

A priori nos preocupaba un poco que la transición de Elliot Page en su vida personal afectara al desarrollo de su personaje en la serie. Al igual que el actor, la idea era que Vanya pase a ser Viktor en esta temporada, reconociendo su nueva identidad. Pero por suerte todo se siente natural y creíble, principalmente porque en la entrega anterior ya se había comenzado a tratar el tema del autodescubrimiento del personaje y cómo empezaba a sentirse libre al mostrarse tal cual era. Esto se profundizó aún más y está bueno cómo se lo muestra: con sus hermanos que lo aceptan, lo contienen y tratan de hacerle su camino más fácil, sin generar ningún prejuicio ni opiniones/comentarios desatinados.

También debemos destacar la dinámica entre los hermanos Sparrow y los Hargreeves, aunque no todos los «antagonistas» tienen la misma relevancia ni profundización, de hecho son solo dos o tres los que finalmente importan. Pero está buena la evolución de su vínculo, donde pasan de ser enemigos a estar obligados a trabajar juntos para salvar al mundo.

Además, a través de los distintos personajes se van abordando temáticas interesantes para reflexionar. Mediante Allison se trata el tema del duelo, el sufrimiento de la pérdida de los seres queridos y cómo afecta a la percepción del entorno (que por momentos su subtrama puede sentirse un poco pesada y agobiante porque está plagada de pesimismo y oscuridad); con Luther la soledad, la importancia de encontrar un compañero en este viaje; con Klaus el enfrentar nuestros miedos; con Viktor la diversidad, inclusión y aceptación, entre otras cuestiones.

Los aspectos técnicos siguen estando al nivel, principalmente en cuanto a los efectos visuales, relacionados con las habilidades de los protagonistas, y la banda sonora, que continúa incorporando canciones populares y pegadizas para musicalizar las escenas de acción, convirtiéndolas en un momento épico y cargado de energía.

Tal vez esta parte de «The Umbrella Academy» está un poco por debajo de la segunda temporada que fue excelente, ya que la historia siempre termina girando sobre lo mismo, pero de todas maneras nos ofrece un entretenimiento más que efectivo, como también una profundización de la vida personal de los protagonistas, con quienes logramos empatizar desde hace tiempo.

Tráiler:

 

Samantha Schuster 

 

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