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«Un Hombre Infiltrado», una comedia dramática sobre la vejez

En 2020 se estrenó «El agente topo», un documental chileno dirigido por Maite Alberdi. Tal fue su éxito que Chile la seleccionó para representar a su país en los Premios Oscar. Y aunque finalmente no fue elegida entre las cinco nominadas a Mejor Película Internacional sí lo hizo en la categoría Documental.

La cinta se centraba en Rómulo Aitken, un detective que tiene una empresa de investigaciones privadas. Un día recibe una denuncia por parte de una mujer que creía que su madre estaba siendo maltratada en una casa de reposo. Es así como Rómulo decide entrenar a Sergio Chamy, de 83 años y que nunca trabajó en este ámbito, para vivir tres meses como agente encubierto en el hogar. Una vez adentro, se le va haciendo cada vez más difícil asumir su rol y se terminará convirtiendo en un adulto mayor más.

Michael Shur, creador de «The Good Place» y «Brooklyn Nine-Nine», tomó esta historia para transformarla en una serie de televisión que se estrenó hace poco en Netflix y que ya consiguió una segunda temporada que podremos ver el año que viene. Con ocho episodios de media hora, en «Un Hombre Infiltrado» («A Man on the Inside», en su título original») vamos a conocer a Charles Nieuwendyk (Ted Danson), un reciente viudo y ex profesor universitario de Ingeniería que decide aceptar un trabajo como asistente de investigación para una detective privada, con el objetivo de encontrar al ladrón de un collar dentro de un hogar para jubilados.

Desde el inicio de la temporada podemos percibir el estilo de su creador, con ciertas similitudes a su trabajo en «The Good Place», no solo por los actores que están involucrados, como Ted Danson como protagonista y otros papeles secundarios que será mejor que el espectador se deje sorprender, sino sobre todo por la manera de combinar la comedia con el drama de una manera equilibrada. A diferencia de su serie anterior donde se ahondaba sobre la muerte, las segundas oportunidades, las buenas acciones en vida que repercuten en el más allá y la filosofía, etc., en este caso se va a hablar sobre la etapa más avanzada de la vida, la vejez, la soledad, el rol de la familia en estas situaciones, la memoria y la salud mental, entre otras cuestiones. Pero a pesar de tocar temas serios, profundos y que van a hacer reflexionar al espectador sobre sus propias experiencias, la historia mantiene un tono ameno, por varios momentos divertido y llevadero. Tiene que caer en algunas escenas un poco más duras porque es parte de la vida misma, pero siempre intenta que sea desde un costado más humano, cálido y tierno, porque nos vamos encariñando con los distintos personajes al igual que el protagonista.

La investigación sobre el robo de un collar es la mera excusa para contar la historia de este hombre que está viviendo su propio duelo por la muerte de su esposa, pero que también tiene que aprender a vivir de manera solitaria, sin un trabajo que lo mantenga en una rutina estable y con una hija que construyó a su propia familia. Danson hace un buen trabajo para transmitir esta experiencia y transformación del personaje, que entra al hogar con un motivo y siendo de una manera, y sale completamente alterado por la experiencia.

El resto del elenco también se destaca, como Stephanie Beatriz (que trabajó con Shur en «Brooklyn Nine-Nine») encarnando a Didi, la directora del hogar, que a diferencia del estereotipo que uno podría establecer en este tipo de roles es una persona comprometida y dedicada a su trabajo; Mary Elizabeth Ellis («It’s Always Sunny in Philadelphia») como la hija de Charles; y Lilah Richcreek Estrada como la detective, entre tantos otros actores que completan a los miembros de aquel lugar.

Tomando de base un buen material original que supo ver el éxito tanto ante la crítica como ante el público, «Un Hombre Infiltrado» es una divertida y emotiva comedia dramática que no solo nos hará reír con las ocurrencias del personaje de Ted Danson y los disparatados residentes con los que se va a encontrar en su camino, sino también nos va a hacer reflexionar sobre el paso del tiempo y lo que eso conlleva, pero siempre desde un costado conmovedor, cálido y simpático. El año que viene veremos con qué otro caso nos volverá a sorprender Charles Nieuwendyk.

Tráiler:

Samantha Schuster

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