«Black Mirror» S06E03: «Beyond the Sea»

En el análisis que hicimos sobre el segundo episodio de la sexta temporada de «Black Mirror» nos jactamos de que era una buena y lograda historia de terror/suspenso, pero que no contaba con la esencia característica de esta serie; es decir, que le faltaba más tecnología e innovación que generara un impacto en la sociedad.

Con «Beyond the Sea» podemos decir que estamos frente al capítulo de esta entrega que más se enmarca dentro del concepto de «Black Mirror» (al menos hasta ahora), introduciendo a un avance tecnológico con sus beneficios y sus desgracias.

En 1969 los astronautas Cliff y David deben viajar al espacio durante seis años para llevar adelante una misión. Mientras realizan sus rutinas físicas y reparan la nave, en su tiempo libre transfieren su conciencia a una réplica mecánica que vive en la Tierra con sus respectivas familias para estar con ellos y no sentirse tan solos y alejados. Sin embargo, esta doble vida que llevan no saldrá del todo bien y tendrán que lidiar con algunos imprevistos y complicaciones.

Protagonizado por Aaron Paul, Josh Hartnett y Kate Mara, «Beyond the Sea» nos ofrece una realidad alternativa donde la tecnología ha avanzado a tal punto de convertirse en una solución para los astronautas que tienen que vivir tanto tiempo fuera y sin poder estar cerca de sus seres queridos. Pero como suele pasar en Black Mirror, también nos muestra las consecuencias de utilizar este tipo de innovación, donde no todos están de acuerdo con la ciencia y muchas veces esta misma puede salirse de control.

No solo nos encontramos con actores de renombre, sino que también hacen un buen trabajo para interpretar a sus personajes (y sobre todo Aaron Paul que tiene una doble tarea) y a este trío que va a tener que convivir en un vínculo bastante particular por distintas situaciones que se van a ir dando. A ellos se le suma una perturbadora y notable participación de Rory Culkin, que compone a un secundario que se convertirá en el detonante del conflicto principal.

Los aspectos técnicos están bien realizados. A pesar de estar ambientado en el pasado, todo se siente bastante futurista y coherente con la historia que se quiere contar. Los efectos especiales también cumplen con su función.

Si bien el episodio es bastante extenso (dura 80 minutos, que tranquilamente podría ser un film), se va desarrollando con un buen pulso, desencadenando los distintos problemas de manera pausada y permitiendo que los personajes y las relaciones se desenvuelvan de una buena manera.

Sin haber visto los dos capítulos restantes de esta sexta temporada de «Black Mirror», por ahora estamos ante la historia que más se asemeja a la esencia de la serie. Una trama oscura y atrapante, que al principio muestra a la innovación como un avance positivo y a medida que transcurre el tiempo va plasmando su contracara y los peligros que ella conlleva. Buenas actuaciones de un elenco de renombre y el uso de la tecnología para generar terror en la sociedad.

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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