Crítica de «Cuando acecha la maldad» de Damián Rugna (2023)

«Cuando acecha la maldad» puso a Argentina en la boca de todos los fanáticos del cine de terror del planeta. Para llamar la atención del dedicado público del género alcanza con ser distribuida internacionalmente por Shudder, el servicio de streaming con contenido exclusivo de terror, o ganar el premio a Mejor Película en el prestigioso festival de cine de horror en Sitges, pero esta película no solo logró ambas cosas sino que terminó captando la intriga de su audiencia con algo mucho más fuerte: la recomendación del boca a boca como una de las pelis más fuertes e imperdibles de los últimos años. Nada mal para Damián Rugna («Aterrados») y compañía.

La trama sigue a dos hermanos que descubren un cuerpo destrozado en uno de los campos aledaños, y se enteran de que uno de los miembros de la familia que lo cuida podría estar «embichado». La desesperación por no quedar pegados en la maldad que se supone trae consigo un embichado va a terminar desencadenando una serie de eventos que llegarán a poner en riesgo al pueblo más cercano y a la familia de uno de nuestros protagonistas.

Como toda buena película de terror, la trama es una enorme excusa para momentos de tensión y violencia. Pero Rugna tiene en claro que lo que separa a las buenas pelis del género con las más interesantes son no sólo la intensidad y frecuencia de esos momentos de sangrienta desesperación sino además que la narrativa esté empapada de temáticas que estén a tono con el horror. En este caso toda escena de relativa tranquilidad va a estar totalmente teñida por una ambientación entre incertidumbre, pesimismo y una sensación de que hay un pasado en nuestro protagonista principal tan oscuro como el futuro del que intentan escapar. Esto sumado a la presencia de sus hijos va a hacer que la violencia tenga consecuencias mucho más preocupantes para el público que lo que normalmente despertarían personajes adultos o adolescentes desarrollados con la superficialidad usual del género. Aunque el mayor problema de la peli es que si bien sus picos son variados e intensos, los valles de los mismos descienden hasta momentos realmente lamentables. No solo peca de no saber mantener entretenidos los momentos menos aterradores, sino que ataca directamente a la inmersión de aquellos que aceptan con gusto sus alocadas propuestas. Lamentablemente es mejor peli de terror que película en general, y eso la aleja un poco de ejemplos del género que con una calidad casi que ajena al resto se sostienen en el tiempo y la memoria de una forma especial. Aunque obviamente estar ya en ese tipo de hilado fino habla a las claras del triunfo del proyecto.

Fanáticos del terror van a encontrar principalmente algunas secuencias con una potencia casi vintage que resulta más que refrescante en una escena moderna bastante tranquila en lo que respecta a los últimos años del género. La mayoría de las ofertas de horror en la última década fueron oscilando entre dramas psicológicos para gente con miedo al terror de verdad, o esfuerzos comerciales para captar preadolescentes sin edad para mucha sangre y esfuerzos más cercanos a los tanques de Hollywood como la franquicia de «El Conjuro». Pero Cuando acecha la maldad tiene momentos que podrían tranquilamente venir de un VHS perdido de los 70s u 80s, no por un esfuerzo estético artificial como hacen otras cintas inferiores, sino por una entrega total a sorprender al público sea con violencia inesperada, despertando un asco desde sus efectos prácticos o tomando decisiones creativas con relativa polémica sin otra intención más que un irreverente «¿por qué no?».

El resultado no es solamente un buen rato que deja bien parado al cine nacional, sino un fenómeno internacional que mes a mes continúa creciendo y colocando a la Argentina en las más entusiastas recomendaciones de las mejores películas de terror del año. Es posible que la racha de «¡tenes que ver esto!» del cine de terror que comenzó «Malignant» en 2021 y continuó «M3GAN» en 2022 sea continuada por una producción argentina, otra coronación de gloria que vale la pena celebrar de la única forma posible: yendo al cine con amigos para disfrutar de los diferentes sonidos que «Cuando acecha la maldad»  va a inspirar en una sala llena.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Leandro Porcelli

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