Crítica de «El peso del talento» de Tom Gormican (2022)

Durante los últimos años fue un secreto a voces que la carrera de Nicolas Cage comenzó a verse cada vez más afectada por su necesidad de saldar importantes deudas monetarias. Su imagen fue transformándose más allá de la simple estrella con polémicas decisiones creativas hasta ser señalado como un hombre que actúa en lo que sea por dinero. Con esta película, Cage parece estar anunciando su regreso ahora sí liberado de todas sus cadenas económicas y dispuesto una vez más a dedicar exclusivamente su tiempo a los proyectos que más le interesen en lugar de priorizar los que le den el mayor sueldo por la menor cantidad de tiempo invertido. ¿Qué mejor forma de anunciarlo al mundo que en una comedia donde se interpreta a él mismo en una situación muy similar?

Nic Cage es Nic Cage en «El peso del talento», película que trata sobre un actor en baja que antes de concretar su regreso a las grandes ligas de Hollywood se ve obligado a aceptar un último trabajo denigrante por dinero: entretener a un millonario latino durante su fiesta en una playa paradisíaca. No del todo contento con el trabajo, decide aceptar para sacarse de encima a su agente y distraerse un poco de los problemas que le ocasiona su existencia como el gran Nicolas Cage a las pobres de su ex-mujer e hija adolescente.

Pedro Pascal co-protagoniza como el millonario en cuestión, hiper fanático de toda la carrera de Cage. La química entre Cage y Pascal es uno de los motores que va a mantener el equilibrio entre comedia, extraño sentimentalismo y la promesa de acción que irá escalando con el correr de los minutos. Con el pasar de los días, además de con una intervención por parte de la CIA, Cage va a empezar a caer en que su nuevo amigo puede no ser quién aparentaba. Las andanzas de actor devenido a agente secreto llevan todo a una conclusión con acción a todo trapo, convirtiendo lo que venía siendo ya una disfrutable comedia acerca de fanáticos del cine con vidas muy extrañas en un blockbuster como los que Cage debe extrañar hacer.

La cinta en su totalidad tiene un cariño inescondible por toda la carrera de Cage, regalándole a fans referencias (positivas y no tanto) a varios de sus proyectos, personajes o escenas más populares. Pero el cine con más ganas que otra cosa no termina siendo tan entretenido de ver, por lo que hay que valorar especialmente el trabajo de Tom Gormican en la dirección y guion. Hasta el momento el cineasta había realizado proyectos irregulares, como la serie «Ghosted» y la comedia «That Awkward Moment» con Zac Efron. Le deseamos lo mejor a Gormican, pero parece ser más que nada que la estructura de Cage como actor además del momento en su carrera, y porque no la guía de un Nic extremadamente vocal en set, le proporcionaron el contexto ideal para desarrollar una locura que por momentos parece tan orgánica y lógica como si se hubiese filmado sola. Aunque sin dudas el ridículo al que se logra someter Cage y el carisma (más un poco más de ese ridículo también) de Pascal ayudan bastante.

«El peso del talento» es muy recomendable para cualquiera que sepa quién es Nicolas Cage, para cualquier fan de la sonrisa de Pedro Pascal o incluso de todo amante de las comedias inesperadas que priorizan los contextos situacionales a las maratones de «comediantes» parados improvisando ad nauseam que suele ofrecer Hollywood usualmente. Si hay algo que define la carrera de Cage es el anteponer la ambición desmedida por sobre el miedo al ridículo, y esta celebración paródica parece ser otra conclusión más de esos mismos ideales.

Puntaje: 

 

 

Tráiler:

 

Leandro Porcelli

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