Crítica de «Perdí mi cuerpo» de Jérémy Clapin (2019)

A veces las historias más extrañas y que a simple vista podrían no gustarnos son las que más nos terminan impactando por su creatividad y desarrollo. Eso es lo que ocurre con «Perdí mi cuerpo», una película francesa animada que llama la atención por su sinopsis pero que atrapa por la complejidad de una historia llena de suspenso, amor y superación.

Todo comienza cuando una mano cortada se escapa de un laboratorio con el único objetivo de encontrar a su cuerpo. Esto va a significar cruzar toda la ciudad de París y afrontar obstáculos peligrosos. En el camino, recordará su vida con el joven al que una vez estuvo apegado.

Sin dudas la premisa de «Perdí mi cuerpo» es tan original como alocada, pero debemos decir que su director y guionista logra llevarla a buen puerto con gran perspicacia. La misma navega por diversos géneros como el drama, el romance, el suspenso, entre otros, para traernos una historia profunda y cruda pero desde cierto optimismo. 

Durante la mayor parte del film la protagonista es solamente una mano, que no hace otra cosa que aventurarse en busca de su dueño. A pesar de no presentar diálogos y apoyarse únicamente en la parte visual y sonora, este peculiar personaje consigue generar en nosotros diversas sensaciones, como también crear un clima de suspenso y tensión muy bien logrado. La otra parte de la película está protagonizada por el joven dueño de la mano, quien tuvo una dura infancia y cuya adolescencia no fue mucho mejor. Mediante estos flashbacks, podemos interiorizarnos en la vida de un luchador, quien descubre el amor y hará lo imposible para conseguirlo.

En ambas partes, que funcionan como individualidades pero sobre todo se elevan en su conjunto, recibimos mensajes conmovedores y esperanzadores sobre el esfuerzo, la superación, la pérdida, la fuerza del amor, la búsqueda de la identidad, la reconstrucción, entre otras cuestiones.

Además de la historia que se cuenta es importante destacar la manera en la que se lo hace: a través de un film de animación, donde sobresalen las cuestiones visuales y sonoras, con un buen trabajo a cargo de Dan Levy que consigue generar los ambientes necesarios para que el público pueda transitar por una montaña rusa de emociones.

Una vez más la animación nos demuestra que no solo está destinada a los más pequeños, sino que puede ser una gran herramienta para contar una historia con alma. «Perdí mi cuerpo» es profunda, conmovedora, y sobre todo original, de esas películas que no abundan con frecuencia. Una trama que cautivará por su rareza y que marcará una huella por su sensibilidad.

Puntaje:

 

 

Tráiler:

 

Samantha Schuster

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